¿Cómo impactaron las lluvias de febrero en la soja y el maíz?
Las precipitaciones del segundo mes del año trajeron alivio, pero existe un punto clave que será determinante para medir los resultados de los cultivos
El inicio de febrero y sus lluvias trajeron algo de alivio para la soja y el maíz, que por las sequias y el calor se acercaban a una nota de aplazo, como la que tuvieron los alumnos que debieron ir a rendir examen en el segundo mes del año.
Y se sabe que en el campo, los cultivos rinden examen de manera frecuente: los monitoreos realizados por asesores y técnicos buscan establecer las condiciones en que están los lotes, con el fin de reforzar alguna falencia y que la campaña termine con una aprobación.
La sequía y la ola de calor que tuvieron lugar a principios de enero complicaron el ciclo estival y lo pusieron al borde del aplazo. Pero llegó el aliciente: las lluvias que se extendieron por gran parte del país, elevaron la nota que los agrónomos les ponen a los cultivos para calificar su situación.
En ese sentido, Macarena Rossi, técnica comercial del semillero Stine, dio su mirada sobre lo sucedio en el sudeste de Buenos Aires. En esa región la sequía no fue tan grave como en la zona núcleo, pero sí hubo un déficit de lluvias y el panorama podría haberse complicado más si no hubiera sido por las precipitaciones.