Siembra aérea: experiencias sobre la técnica que avanza para controlar malezas
Es una práctica que ofrece varias ventajas para proteger los cultivos sin dañar el ambiente; ¿de qué se trata?
La Siembra Aérea es una práctica utilizada para combatir las malezas sin perjudicar al medio ambiente. La principal ventaja que tiene el avión agrícola para implantar son los tiempos operativos para hacer superficies grandes de cultivo, lo que a la vez posibilita también ajustar esa operación de siembra cerca de un período de lluvia propicio.
En este punto, cabe destacar que el avión asume un rol muy importante en la capacidad operativa que tiene de trabajo ya que el gran ahorro está en la no utilización de herbicidas.
En tanto, la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca) compartió diversos testimonios que dan fe de que la Siembra Aérea es una práctica que cada año se va imponiendo debido a los beneficios que tiene tanto en rentabilidad, tiempo, cuidado del suelo, menor uso de herbicidas, entre otros.
Alcides Di Piero, aeroaplicador y miembro de la Cámara de Aeroaplicadores de la provincia de Buenos Aires (CAPBA), realiza Siembra Aérea de vicia sobre soja y centeno sobre maíz en la zona de Chacabuco. “Los beneficios son la posibilidad de sembrar después de una lluvia, la rapidez de lograr una siembra cuando tenemos un pronóstico de precipitaciones y la posibilidad de sembrar sobre otro cultivo implantado sin generar daños por pisoteo”, indicó Di Piero y detalló que “para el productor es rentable por no tener mermas de rinde por pisoteo”. Por otro lado, detalló que “el productor de punta ya lo tiene incorporado y años tras año se van sumando más a esta práctica”.
Por su parte, Diego Martínez, aeroaplicador y miembro de la Cámara de Empresas Agroaéreas Cordobesas (CEAC), realiza Siembra Aérea en el sur de la provincia de Córdoba, norte de La Pampa y oeste de San Luis. Sobre su experiencia, dijo que hacen “principalmente centeno porque es un cultivo muy adaptado a la zona, somos una zona marginal ya que caen 700 milímetros anuales en promedio por año”, y manifestó que “eso hace que el propio centeno sea un cultivo muy rústico, muy adaptado a nuestra zona y buscando la variedad y los ciclos justos son los ideales”. También se hace algo de avena, trébol y trigo con un posible doble propósito. “Tanto el maíz como el girasol tienen la inserción de su alojamiento de semilla bastante alta, no menos de 50 a 60 cm y arriba del metro respectivamente”, contó Martínez y remarcó que “en el 90% de los casos se hace cobertura sobre maíz, algo sobre girasol y muy poco sobre soja”.