Artesano de maquinaria: la increíble historia del contratista que arma sus propios equipos para fertilizar

Desde chico ayudaba a su madre a arreglar los electrodomésticos; a los 20 años hizo su primera máquina y ahora sus camiones adaptados fueron elogiados en Francia

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Artesano de maquinaria: la increíble historia del contratista que arma sus propios equipos para fertilizar
15deAbrilde2022a las09:42

Edgardo Vázquez tiene una cualidad innata: arma y desarma camiones y maquinaria agrícola,  las adapta de acuerdo a sus necesidades. El talento lo heredó de su padre Jorge Omar, con quien comenzó a dar sus primeros pasos en “el mundo de los fierros”. A finales de los 60 decidió entrar de lleno en lo que hoy hace por placer y para optimizar recursos en sus tareas como “contratista de pulverización”. A los 20 años, Edgardo ya había armado una máquina automotriz con una camioneta y ahora, a sus 57, sus equipos se volvieron furor entre sus colegas y hasta fueron elogiados por un fabricante francés.

El vecino de Necochea, provincia de Buenos Aires, se define como “un contratista que hace sus propias máquinas” y, entre risas, agrega que no está seguro de tener “buen gusto para los fierros”, pero adapta la maquinaria a su manera, ya que es autodidacta: se hizo solo y con la inspiración de su papá. Hoy, su invención lo llevó a ponerle hasta piloto a la maquinaria. Su familia está compuesta por su esposa y sus dos hijas de 31 y 20 años, lo califican de “meticuloso y perfeccionista”, por el trabajo concienzudo que realiza todos los días en busca de lo excelso.  

“Arranqué en esto porque esa fue una actividad de mi papá, en 1968-1969. Yo era chico y seguí los pasos de él. Después él siguió por su lado y yo por el mío”, dijo a Agrofy News. Con el tiempo, fue mutando la idea de buscar mejores capacidades y más conveniencia para hacer su trabajo, hasta que llegó a los camiones. Son varias las ventajas que rescata Edgardo de armar sus propios equipos, no solo por la capacidad de carga, sino que entran en juego la velocidad, autonomía y la comodidad en los traslados.

“Con el camión yo tengo una sola persona que lo atiende. Llevo un acoplado grande que me lo llena el distribuidor de fertilizante, y de ahí yo me abastezco. Esto tiene logística propia: desengancho el camión, aplico y listo”, indicó sobre las ventajas. En ese sentido, explicó que comenzó a rearmar los equipos por sus propios medios y motivado por una necesidad. “Tuve máquinas, de hecho, tengo hoy en día, pero el camión me da condiciones que las máquinas no”, advierte.