Siembra de maíz: dónde poner el ojo según el ambiente y qué estrategias aplicar para cuidar el rinde
Planificar estrategias de control, y ganarle a las principales enfermedades es fundamental para cuidar el rinde de maíz en años secos
Frente a otra campaña desafiante, especialistas advierten en qué enfermedades poner el ojo según ambiente y a qué estrategias de control apuntar para cuidar el rinde de maiz
Manejo de enfermedades de maíz en años secos
Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, hasta la fecha hay un avance de casi un 25% de la intención de siembra de maíz. Con una campaña por delante, es momento de anticiparse a las enfermedades del cultivo para reducir su impacto sobre los rindes. En su paso por Agenda Aapresid, referentes de la zona centro y norte del país dejaron recomendaciones útiles a la hora de planificar estrategias de control, y ganarles de mano a las principales enfermedades.
Tizón foliar y complejo de Royas
Exserohilum turcicum, hongo responsable del tizón foliar y el complejo de royas, dentro de las que se incluyen Puccinia sorghi y P. plysora, vienen causando las enfermedades más comunes en los últimos años. Los mapas de enfermedades de la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) de la campaña 19/20 muestran que, con variabilidad según la zona, el tizón golpea principalmente a maíces tardíos, mientras que roya tanto en siembras tempranas como tardías.
Ante condiciones predisponentes, el uso de fungicidas foliares preventivos contra estas enfermedades puede salvar hasta 2.4 toneladas de rinde, según el último informe de la Red de Maíz Tardío de Aapresid. Un resultado muy favorable que justifica los 100 kg de maíz/ha aproximados del costo del tratamiento.
Los beneficios de llegar a tiempo en el control de enfermedades no solo se ven al momento de la cosecha, sino en la mejor calidad de los rastrojos y menor cantidad de inóculo que sobrevivirá al acecho del próximo maíz, explicó Matias Guerrero, asesor privado en el NEA. En zona núcleo, maíces tempranos con una aplicación de fungicida, además sufrieron menor estrés térmico e hídrico y fueron menos propensos al quebrado, agregó el asesor Lucas Grajales.