Amaranthus palmeri: la maleza que crece 4 centímetros por día y produce hasta 600.000 semillas

El manejo de malezas como estrategia fundamental es uno de los temas centrales de un Congreso en Mar del Plata

Amaranthus palmeri: la maleza que crece 4 centímetros por día y produce hasta 600.000 semillas
15deSeptiembrede2023a las08:27

Fernando Oreja (FAUBA) expuso durante el Congreso Argentino de Malezas con el siguiente titulo: “Entendiendo la biología y ecología de Amaranthus palmeri para elaborar estrategias de manejo exitosas”.

El objetivo del especialista durante la tarde de Conferencias Plenarias en el IV Congreso Argentino de Malezas - ASACIM, organizado por la Consultora SEMA, fue brindar “conceptos que se aplican a cualquier especie de maleza problemática, cómo diseñar las estrategias de manejo conociendo la ecología y biología de las especies”.  

Manejo del Amaranthus palmeri

La Amaranthus palmeri es nativa del Desierto de Sonora y “no sólo demostró adaptabilidad al ambiente desértico, sino que cuando se movió hacia el este, principalmente llevada por el hombre, se fue metiendo en sitios agrícolas y también demostró ser una muy buena competidora”. Esta característica es por su alta tasa de crecimiento de 3-4 cm por día, por ser una excelente captadora de radiación, de su uso, y excelente captadora de agua y nutrientes. Es una planta dioica y tiene alta variabilidad genética por su polinización cruzada, lo cual hace que aparezcan individuos altamente resistentes a herbicidas. Sin competencia logra producir hasta 600.000 semillas. 

De acuerdo a lo expuesto por Oreja, en Argentina el porcentaje de lotes afectados por el yuyo colorado fue creciendo desde 2019 notablemente. ¿Como se llegó hasta acá con lotes hoy incosechables por la cantidad de plantas? “Por la simplificación de sistemas productivos, pocos cultivos en rotación o monocultivo que generan que no roten modos de acción de herbicidas tampoco; el modo de arrendamiento de los lotes, que generalmente de corto plazo y afecta el diseño de estrategias de manejo. Sumado a las cosechadoras externas que llegan desde otros lotes, sin limpiar y es una buena forma de dispersar semillas. Y, por último -sobre todo- la situación actual se debe a la preponderancia del control de malezas (uso casi único de herbicidas de manera reactiva) sobre el manejo integrado de malezas, que se debe a que los objetivos de los productores son a corto plazo y la necesidad de los programas es de mediano y largo plazo. Hay que encontrar la integralidad”.  

Por estos motivos, remarcó que “conocer la biología y ecología sirve para elaborar un programa de manejo de malezas efectivo. La dinámica poblacional es un factor a tener en cuenta para un buen manejo integrado, las temperaturas alternadas promueven la germinación, mientras que las semillas viejas necesitan del estímulo de luz roja para germinar. El uso de cultivos de cobertura o el rastrojo pueden ser factores que ayuden en el manejo de yuyo colorado”. También señaló que si bien los animales ayudan a dispersar las semillas que quedan en la superficie o a un centímetro, “la limpieza de cosechadoras es fundamental para reducir la dispersión de las especies”.  

Por último, recomendó: “El suelo tiene que estar cubierto al inicio de la emergencia de la maleza por buen rastrojo; además sumar el uso de cultivos de servicio con siembras tempranas, con estructuras de cultivos que cubran rápido el suelo; rotaciones con cultivos de invierno o pasturas; usar preemergentes para control es fundamental en la resistencia a herbicidas y el uso de postemergentes (sobre todo en años secos donde los preemergentes suelen fallar) acompañado por el uso de cultivos tolerantes que permiten la aplicación de herbicidas como glufosinato de amonio, dicamba, etc; monitoreos frecuentes posaplicación y repasar escapes, limpiar la maquinaria previo ingreso al lote y el uso de los destructores de semillas”.  

MESA REDONDA: BIOLOGÍA Y ECOLOGÍA DE MALEZAS  

Moderada por Elba de la Fuente (FAUBA) la Mesa se inició con la exposición “Cuando las malezas y los cultivos se encuentran: hibridación cultivo-maleza en Raphanus sativus”, brindada por Boris Vercellino (UNS-CONICET)  

Explicó en principio que el cruzamiento de cultivos con malezas genera híbridos (poblaciones ferales), que pueden tener distinta adaptación respecto de sus parentales. Un ejemplo son los cultivares de arroz CL (con resistencia a herbicidas) que generan malezas resistentes a dicho grupo de herbicidas. Un caso similar se registró en Brassica rapa con el cruzamiento con colza resistente a glifosato, generando poblaciones ferales resistentes a dicho herbicida. 

En el caso del rábano o rabanito, un cultivo que data de 5000, pasó de ser de consumo a convertirse en forrajera y en cultivo de cobertura en los últimos años, desarrollando biotipos invasores a lo largo del globo. En el caso de Argentina, está presente en casi todo el territorio y ya era citada como problemática en 1900. En 2018 comenzó a presentar resistencia a inhibidores ALS y como es polinizada principalmente por insectos genera un escenario ideal para la hibridación cultivo-maleza. 

Al respecto, se confirmó que “la hibridación con el cultivo tiene un enorme potencial para desarrollar una maleza más agresiva, pero se necesitan más estudios para confirmar. Asimismo, se recomienda evitar la siembra de rábano en ambientes con presencia de nabón o prevenir su floración y se recomienda la evaluación exhaustiva de los riesgos agroecológicos y ambientales en la introducción de nuevos cultivos y/o nuevas tecnologías en los cultivos actuales previo a su liberación”.  

Polinización y resistencia a herbicidas

María Victoria Sandoval (IFEVAUBA) se encuentra haciendo su tesis doctoral sobre “El rol de los polinizadores en el éxito reproductivo de Raphanus raphanistrum resistente a clorsulfurón”.  Esta especie muy cercana a la expuesta por su antecesor requiere la presencia de insectos polinizadores paras su efectiva reproducción, está presente en cultivos de invierno -principalmente en trigo- y en las poblaciones se notaron numerosos casos de resistencia a seis grupos de herbicidas con distintos modos de acción.  

Al respecto, “hay siete mutaciones en dicha maleza que han generado resistencia a herbicidas inhibidores de la ALS. Dentro, hay dos en particular con características diferentes sobre crecimiento y reproducción en presencia de herbicidas”. Por tal motivo, el objetivo fue estudiar el rol de los polinizadores sobre el éxito reproductivo de genotipos de R. raphanistrum resistentes a herbicidas inhibidores de ALS en ambientes con y sin herbicidas. 

Para poner a prueba la hipótesis se llevó adelante un experimento con cinco tratamientos con cuatro variables medidas. El resultado demostró que “el retraso en el inicio de la floración del tratamiento 376H+ no se tradujo en una menor producción de flores por individuo, presentó más visitas de polinizadores que el 376H-, lo que podría deberse a un mayor número de flores en el pico de floración”. Además, “el genotipo 376 no se diferenció en el número de semillas, pero tiene una menor biomasa respecto al 122, lo que podría reducir el fitness en determinados ambientes. Si bien el genotipo 122 tiene más producción floral (mayor AUC) respecto al SS, no se diferencia en el número de visitas ni de semillas. Esto indica que no son capaces de aumentar el éxito reproductivo con mayor recurso floral”.