Agroforestación, a fondo: cuánto cuesta plantar, qué ventajas trae a productores y al ambiente y cuánto se tarda en ver un retorno
Desde Córdoba, un especialista cuenta los beneficios medioambientales y la ganancia que los productores pueden obtener al trabajar el campo a partir de técnicas de forestación, conservación y restauración de suelos
En agosto del 2017 se sancionó en Córdoba la ley N° 10.467 “Plan Provincial Agroforestal”. La normativa establece que las unidades de manejo agropecuario de Córdoba deberán poseer un mínimo del 2 al 5% (dependiendo de indicadores y características de suelo, clima y región) de existencias arbóreas sobre el total de superficie. Se trató de una normativa que contó con amplio quórum, con el 98% de la Legislatura de Córdoba a favor en conjunto con las cuatro Universidad de la provincia. También participó el INTA, la Secretaría de Ambiente, la Secretaría Agricultura, entidades rurales y algunas ONG, entre otros actores.
Cómo es forestar: la experiencia desde Córdoba
A partir de esta ley, existe una gran oportunidad de transformar esta exigencia en una alternativa productiva y rentable, según señalan especialistas en trabajar este segmento. Una de las posibilidades para llevarlo a cabo era aprovechar el apoyo económico no reintegrable de la Ley de Promoción Forestal y su beneficio vinculado al retorno de inversión, sin embargo, desde el sector indicaron que hace tres años que el gobierno nacional no destina dinero al mismo. Lo que hoy en día funcionan son beneficios fiscales como el revalúo de ganancias y la exención del Impuesto Inmobiliario Rural en Córdoba.
“La agroforestación se puede adaptar a una variedad de sistemas agrícolas y condiciones ambientales. Esto la hace una práctica a ser implementada por productores de todos los tamaños y en una variedad de regiones”, señaló Eduardo Castro, socio junto a Luis Argüello Pitt de la empresa Optimizar Forestal, que gestiona proyectos forestales y fue una gran impulsora de sancionar la Ley a nivel provincial.
Justamente, el hecho de tener un marco regulatorio que establece exigencias a trabajadores del sector agropecuario y esquemas de acción es una buena oportunidad para que no se esperen esfuerzos puntuales de un pequeño puñado de productores interesados en la agroforestación. El objetivo del mismo es poner en agenda, de una vez por todas, cuestiones vinculadas al medio ambiente como la conservación de la cuenca hídrica, mitigación de la erosión, tratamiento de efluentes, ordenación urbana, protección de escuelas rurales, entre otros.
“Acá lo que hay que remarcar es que el productor siempre está atravesando alguna crisis o momento de coyuntura. Este tipo de proyectos son de plazo, entonces en este punto es donde hay que empatizar con los mismos, en cómo pueden pensar en el largo plazo si viven en el día a día. Ahí es donde el marco regulatorio cobra importancia para ordenar y gestionar el proceso”, aseguró Castro.
Aunar fuerzas: Optimizar Forestal
Optimizar Forestal nació formalmente como una sociedad de acción simplificada cinco años atrás. Los socios comenzaron a trabajar juntos en el 2018 y unieron dos viveros para arrancar en el sector, donde actualmente producen 1.150.000 plantas por año. El objetivo, en palabras de Castro, era viabilizar los requerimientos de la Ley que establecía que, de cada 100 hectáreas de campo, debían existir 2,5 hectáreas de bosque, lo que se materializa en lograr 100 mil hectáreas de forestación en un período de diez años.
“Los primeros dos años fueron de mucha resistencia por el esfuerzo que implica instalar árboles en el medio rural, en espacios en donde el 70% de los campos son alquilados. El desafío nuestro estuvo allí, el foco de los primeros años era saber que íbamos a plantar en los lugares con menor costo de oportunidad, en los solares más marginales. Tuvimos que encontrar especies que toleren esas áreas marginales o generar propuestas atractivas que justifiquen la intervención en lugares con mayor costo de oportunidad”, señaló Castro.