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Ola de calor, mínimas altas y áreas en sequía, mientras que el pronóstico anticipa una eventual probabilidad de lluvias

El escenario actual llega en un momento complejo para la zona núcleo; la primera semana de febrero será clave

Ola de calor, mínimas altas y áreas en sequía, mientras que el pronóstico anticipa una eventual probabilidad de lluvias
29deEnerode2024a las14:46

Con la falta de agua, las reservas comienzan a padecer y moverse en niveles críticos. No sorprende que comiencen a definirse áreas en sequía. Todo parece indicar que llegaremos al primer lunes de febrero con una condición de humedad exigua, con fuerte despliegue de áreas en sequía y con una muy perentoria necesidad de que regresen las lluvias. El segundo frente, que puede llegar en febrero, dará las primeras respuestas en este sentido.

El cierre del mes de enero impone condiciones que generan un ambiente hostil para el desarrollo de los cultivos, con muy escasas lluvias y la primera ola de calor de la temporada.

Durante lo que resta del día, la zona de baja presión ubicada frente al litoral uruguayo mantendrá los vientos del este sobre la franja central y del sudeste sobre el norte de la Mesopotamia. A pesar de esto, esta circulación ya no logra moderar significativamente la carga radiactiva de la superficie luego de tantos días de insolación fuerte, en consecuencia, las temperaturas aumentan.

Sobre el área más continental de las provincias del centro y el norte del país, la condición térmica se volverá rápidamente más hostil. Por ahora los registros ceden hacia la noche, pero se está gestando la primera ola de calor de este verano.

Martes

La circulación de aire se canaliza desde la zona central del norte del país, hacia el norte de la Patagonia. Los intensos vientos del sector norte, promoverán un fuerte crecimiento de las temperaturas máximas en toda la región pampeana, posiblemente con núcleos más agresivos en Córdoba, La Pampa, sur de Santa Fe y Buenos Aires. El punto diferencial es que las mínimas comienzan a quedarse ancladas en valores más elevados, lo cual ya marca una fuerte pérdida de confort ambiental y hostiga fuertemente el desarrollo de los cultivos.