Adhesión a UPOV 91: Claudio Dunan destaca que el pago de hasta US$ 10 por hectárea se verá más que compensado y explica por qué será clave para las economías regionales

"Si no nos sumamos a UPOV 91, y seguimos discutiendo una ley de semillas que fracasó, vamos a seguir con esta situación actual y cada vez peor", resalta el titular del INASE

Adhesión a UPOV 91: Claudio Dunan destaca que el pago de hasta US$ 10 por hectárea se verá más que compensado y explica por qué será clave para las economías regionales
06deFebrerode2024a las22:16

Claudio Dunan, presidente del INASE (Instituto Nacional de Semillas), defiende la adhesión de Argentina al convenio de UPOV (Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales) de 1991 como el método para cerrar una disputa que lleva años: el pago de regalías por el uso de propiedad intelectual en semillas, lo que permitiría a la Argentina acceder a nuevas tecnologías.

Argentina está adherida a UPOV 1978, pero busca sumarse al convenio de 1991 para generar mejores condiciones para los obtentores de tecnología. Junto a María Laura Villamayor, abogada del INASE y encargada del consejo jurídico de UPOV, Dunan detalló a Agrofy News las particularidades de la iniciativa que se sumó a la ley ómnibus. Una situación quie generó rechazo de una parte de los productores agropecuarios, aunque a la vez también vino con el apoyo del sector semillero.

El titular del INASE señaló: "Hace cuatro mundiales que venimos discutiendo modificaciones a la ley de semillas y hemos fracasado". Por eso destaca que, con la iniciativa, "el único grupo que no se va a beneficiar con la adhesión a UPOV 91 es aquel que está dentro del 65% del mercado ilegal". "O el 65% que está afuera del mercado no es que tiene una variedad vieja, sino que tiene una variedad actual pero no paga la propiedad intelectual", agregó y destacó que habrá mayores inversiones si se repeta la propiedad intelectual.

Al mismo tiempo, resalta que el pago estará más que compensado por la mejora en los rindes. Además, aclara la adhesión de UPOV 91 va más allá de los cultivos extensivos, sino que será clave para tener mejor tecnología en economías regionales como maní, legumbres y hasta ornamentales y frutales.

Cabe señalar que sumarse a UPOV 91 sería solo el primer paso, ya que luego el gobierno nacional debería reglamentar a través de decretos los mecanismos para controlar el uso de semillas.

Dunan estima que si se paga, como mucho, hasta US$ 10 por hectárea de soja en regalías, la inversión se vería más que compensada por los beneficios de las nuevas tecnologías que podrían llegar a la Argentina. "Cambiar la variedad pagando la regalía tiene un pago, con los precios actuales, con las retenciones actuales, de hasta tres o cuatro veces la inversión en germoplasma".

Claudio Dunan: "UPOV 91 es el balance entre propiedad intelectual y uso propio, por eso lo trajimos"

¿Por qué Argentina busca sumarse a UPOV 91?

Claudio Dunan: Consideramos que el germoplasma, la semilla, es clave para lograr la duplicación de las exportaciones. Es uno de los objetivos que tiene la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, que pasará a ser de Bioeconomía.

Es absolutamente necesaria porque se necesita mejorar la productividad por hectárea, porque sino el crecimiento de la producción tiene que venir del crecimiento del área. Y eso es un problema. Es necesaria porque hay muchos cultivos en los cuales hoy no estamos participando en el mercado mundial, como por ejemplo el mercado de legumbres, que tiene un crecimiento muy alto a nivel global por la demanda que hay, y que, por la falta de genética, Argentina hoy no participa. Es necesaria porque si no tenés la genética de punta es muy difícil mejorar las eficiencias en el uso de agua y nutrientes. Esa ecuación de producir más con menos recursos se ve muy limitada. Es necesaria para las economías regionales, porotos, arvejas, lentejas, maní, hortalizas, frutales. El no tener base genética no permite que esas producciones tomen el vuelo que tienen que tener en la Argentina. Te deja al margen de situaciones de mejoras nutricionales en cultivos. Hay trigos que tienen alto contenido de fibra y son importantísimos para gente con problemas de diabetes. O la llegada de proteínas vegetales a través de legumbres. Todo esto hace que para el equipo de Fernando Vilella sea absolutamente necesario la genética. No es lo único, pero sin la genética adecuada, todo lo demás está muy condicionado. 

Lo que trae es una solución al problema que hay en un balance entre el derecho de uso propio que tiene el productor, y la compensación a la creación de propiedad intelectual y desarrollo de tecnología. En el balance de esas dos fuerzas que siempre han estado en tensión es que se planteó la adhesión a UPOV 91 como una cuestión estratégica.

UPOV 91 difiere de UPOV 78 en aspectos bastante claves y que son muy importantes para entender por qué estamos necesitando este salto.

María Laura Villamayor: Hay un tema clave que hoy está en auge que es el uso propio. En el convenio de UPOV 78 no está contemplado. Este es un concepto que se sumó al acta de 1991, que es el que estamos tratando de adherir. UPOV 91 lo que quiere es traer certezas y aclaraciones jurídicas en cuanto a cuestiones que no quedaban claras en el acta del 78. Y si no están claras no se sabe si está o no el derecho, o si se está infringiendo algún tipo de obligación. Son convenios de propiedad intelectual, es muy difícil de interpretar que haya algún artículo que si no lo dice explícitamente vaya en contra o no del derecho del obtentor. Entonces interpretar que yo puedo crear un sistema de uso propio si el mismo tratado no me lo dice podría ser interpretar algo que está más allá del espíritu del convenio. UPOV 91 viene a traer certezas jurídicas a todas las partes que están en la cadena, no solo al obtentor, que va a tener su propiedad intelectual más favorecida.