Apasionado del campo, fundó una marca icónica de la gastronomía porteña: las anécdotas de Rodizio, la parrilla top que llegó a cocinar 6000 kilos de carne por semana
Las figuras que frecuentaban el lugar, una prueba (fallida) con leña y hasta los números detrás de la inversión; la historia de Rodizio contada por uno de los protagonistas
Manuel Álvarez (82) es un apasionado del campo que fue uno de los protagonistas de la creación de Rodizio, un restaurant que se volvió una toda una marca de la gastronomía porteña.
En diálogo con Agrofy News, Álvarez relata: "En 1985 surgió la posibilidad de comprar con un grupo el primer local de Rodizio, que fue en Olivos". Igualmente, la historia de esta marca de la gastronomía comenzó unos años antes, en 1982: "Era un período insólito de nuestro país, estaba todo barato. Uno de los socios descubrió el sistema de 'espeto corrido' en Brasil y puso un local en Mar del Plata". Ese mismo socio fue el que propuso la idea para poner uno en la ciudad de Buenos Aires.
La historia de Rodizio, una marca icónica de la gastronomía porteña
¿El equipo completo que fundó la empresa gastronómica? Jorge y Manuel Álvarez, Carlos Rebuffo, Carlos Alcorta y Roberto Ferreyra. Esos eran los socio que iniciaron la empresa detrás de Rodizio.
Por ese entonces, Manuel, martillero dedicado a la compraventa de fondos de comercio junto a su hermano, tenía a la venta un local en Olivos (Panamericana y Borgues). Allí se instaló el primer local que marcaría un antes y un después, ya que fueron pioneros en el sistema de tenedor libre de calidad. La idea de base fue exactamente igual a la de Brasil, con mesa fría y carne asada en espadas. Se cobra por el tenedor libre y con el vino aparte. "En el primer Rodizio no llegamos a invertir US$ 100.000. Éramos todos tipos que laburabamos pero no nos sobraba nada".
"El primer Rodizio que fue un éxito absoluto, la gente hacia cola para entrar", recuerda. "El sistema fue adoptado rápidamente. A los seis meses estábamos abriendo otra sucursal en Avenida del Libertador y Echeverría", agrega. Dos años después se abrió otra sucursal en barrio norte, en Juncal y Callao. Luego, con el retiro de uno de los socios, se armó el local más importante: Costanera. "En un terreno que eran escombros hicimos un verdadero local", resalta Manuel y cuenta que se invirtieron US$ 2,45 millones en infraestructura. Este local cerró en pandemia y fue demolido hace poco. La sociedad original también fundó el de Puerto Madero, que sigue funcionando.
En los 90, la calidad de la comida era muy buena y el concepto general de la empresa hicieron que, sobre todo Costanera, fuera el lugar elegido por las figuras del momento, incluido Diego Armando Maradona. Por ese entonces, un cubierto promedio costaba 28 pesos (o dólares) y, como empresa, llegaron a facturar hasta US$ 15 millones al año. Hoy el cubierto está más de $20.000.
Una muestra de la calidad de luegar era que iban referentes como el Gato Dumas y Ramiro Rodríguez Pardo: "Se pedían una colita de cuadril a la francesa, la carne estaba casi fría al medio".