Senor: el mal que liquidó a la primera fábrica de cosechadoras de Latinoamérica y la reinvención de una familia que apuesta al campo
Dos hermanos revolucionaron la agricultura, pero un factor se interpuso; el apellido permanece vigente, pero en la maquinaria ganadera
Un apellido que resume la historia de un pueblo y el desarrollo de la industria metalmecánica: Senor. Juan y Emilio Senor son dos hermanos que llegaron con su familia (padres italianos) y se instalaron en San Vicente, Santa Fe, y a partir de 1920 crearon un imperio: el de las cosechadoras.
Al igual que otros imperios, la fábrica de cosechadoras Senor cayó. El cierre definitivo de la empresa que logró construir la primera cosechadora de Sudamérica llegó en 1987. La historia de “los aventureros” -como los definió la cuarta generación de la familia, Rodolfo Senor- concluyó en gran medida por la situación económica del país. El principal problema fue la inflación, reconocieron en el interior de la familia.
A pesar de que ya pasaron 27 años, todavía se ven camionetas que están ploteadas de Senor. Ya no producen cosechadoras, Gustavo y Rodolfo fabrican maquinaria para la producción ganadera. La empresa cambió, pero el espíritu aventurero y la pasión agroindustrial perdura.
Los Senor: de fabricar sulkys a la primera cosechadora
En 1890, la familia Senor llegó a San Vicente. Una ciudad santafesina que por ese entonces sólo tenía siete años de vida. Un pueblo lleno de ilusiones y sueños por desarrollar.
La familia italiana instaló un almacén de ramos generales, propio de la época. Las libretas o los tapa dura como le llamaban todavía registran la gran variedad de productos y servicios que se podían conseguir. Desde afilar las cuchillas de la maquinaria agrícola o reparar el sulky, hasta un cajón fúnebre. Todo se podía conseguir en la tienda de los Senor.
Rodolfo es cuarta generación de los fundadores de la fábrica: “Pusieron el almacén, luego un taller de herrería donde afilaban rejas de arado, arreglaban las máquinas de aquella época, después fueron contratistas de trilla, pero con trilladoras estacionarias”, recordó en diálogo con Agrofy News.
A principios de 1900 realizaron su primer desarrollo y patentaron una cinta transportadora. Para la época fue una novedad, ya que permitía facilitar el transporte de la parva de trigo cosechado y volcarlo en la trilladora estacionaria.
Juan y Emilio eran dos aventureros que se daban maña y eran reconocidos por eso. Fue así como se dio el primer encuentro con una cosechadora de arrastre, la que cambiaría sus vidas para siempre.
Una familia de San Vicente trajo una cosechadora americana, pero para ponerla en funcionamiento llamaron a la familia Senor. “Eran fierreros, sabían del tema”, contó Rodolfo.