La venta de equipos rurales no se recupera
Hace apenas unos días concluyó la segunda mayor cosecha de la historiaargentina. Se recogieron más de 63 millones de toneladas de granos, sólocuatro menos que el récord de 1998, y pese a que ese importante volumen puedesugerir la necesidad de equiparse, las ventas de maquinarias del sectorvolvieron a mostrar índices negativos, con una estrepitosa caída, si secomparan los datos correspondientes al primer cuatrimestre de este año con losde 1998.
¿Cómo explicar esta paradoja? En la última campaña agrícola de laArgentina la producción no estuvo acompañada por la rentabilidad. Los bajosprecios de los commodities vulneraron el negocio agrícola e impidieron que elproductor volviera a invertir en maquinarias, a pesar del crecimiento constantede la práctica de la siembra directa (técnica conservacionista del suelo), querequiere de máquinas especiales.
La reposición de equipos en la campaña 1999-2000 cayó un 35 por cientorespecto del lustro 1994-1998. Según los analistas, para mantener la capacidadde trabajo se requiere reemplazar unas 1500 unidades por año.
En el primer cuatrimestre de este año las ventas de tractores y cosechadorascayeron un 29 por ciento respecto de enero-abril de 1999.
Una de las consecuencias de la desinversión tecnológica es una limitaciónen la capacidad operativa y en la calidad del trabajo. Los datos de las ventasde tractores y cosechadoras son elocuentes: mientras que en 1998 se negociaron1450 tractores de las empresas multinacionales, este año sólo llegaron a 511.En el rubro cosechadoras, el derrumbe fue menos pronunciado, aunque igual deimpactante para las economías de las industrias: 701 vendidas en 1998, contralas 196 de este primer cuatrimestre.