Inundaciones: por un enfoque integral

30deDiciembrede2002a las08:18
<>Sergio Montico

Los sistemas hidrológicos son especialmente sensibles a los cambios artificiales, el efecto que provoca una obra de arte como rutas, vías de ferrocarril o hasta los surcos de arado, son de gran magnitud e impactan trascendentemente en las cuencas.
Como consecuencia de la baja pendiente de las áreas llanas (del orden de 50 cm.km-1, o menos), un desnivel de un metro significa una barrera infranqueable desde el punto de vista hidrológico, que altera el escurrimiento natural de las aguas, acumulándolas.

En Argentina, el sector más representativo de estas características es la llanura pampeana. Desde inicios de 1970, han entrado en crisis sistemas exorreicos (cuenca del Río Salado), endorreicos (cuenca de las lagunas encadenas del oeste) y arreicos (región del noroeste bonaerense, nordeste pampeano y sur santafesino), concurrente con un cambio del régimen semiárido en algunas de ellas, a subhúmedo-húmedo.

Los cambios en el uso del territorio han contribuido a la manifestación de los procesos de anegamiento. Como ejemplo regional, es posible destacar el caso de la cuenca del arroyo Ludueña (Santa Fe), las tecnologías de uso del suelo implementadas, la intensa agriculturización, la creciente parcelación y el consiguiente aumento de la densidad de caminos secundarios y rurales, aceleraron el escurrimiento superficial provocando rápidos picos de caudales.