El impacto de las negociaciones
En este artículo, el titular de la Cámara de Industrias Aceiteras de la República Argentina (CIARA) analiza el impacto de las negociaciones agrícolas en Sudamérica (OMC, ALCA y Mercosur - UE), tema que también desarrolló en una disertación sobre el tema realizada el 2 de abril en la Conferencia Mundial del IASC.
Raúl Padilla
La apertura y el mantenimiento de los mercados es un tema de permanente preocupación para las industrias exportadoras, lo que nos obliga a involucrarnos en las negociaciones que se llevan adelante tanto en el ámbito regional para lograr mayores aperturas de mercados como en el multilateral para solucionar las distorsiones del comercio internacional.
En los 90, cuando se analizaba la evolución de la integración económica mundial, se planteaba como un dilema la globalización versus la regionalización.
Hoy, en una economía mundial altamente globalizada pero con un gran peso económico de los distintos bloques regionales, podemos decir que esta discusión es estéril. Debemos participar activa y paralelamente en el ámbito regional y en el multilateral, por dos razones básicas:
1) Cada uno de los espacios logrados en las discusiones regionales en pro de una mayor liberalización y apertura de mercados nos hará más eficientes en el uso los recursos lo que nos permitirá contribuir a un mayor bienestar de nuestra sociedad.
2) Existen cuestiones centrales para el comercio mundial que sólo tendrán solución en el plano de discusión multilateral.
Me refiero concretamente, al tema de las ayudas internas en la producción agrícola, a los subsidios a las exportaciones y a todos aquellos otros relacionados con el avance tecnológico, la biotecnología, el medio ambiente y al derecho de todos los países a un comercio competitivo, eficiente y a un desarrollo sustentable que sea lo más equitativo posible.
La negociación que está llevando a cabo el Mercosur con la Unión Europea, la constitución del ALCA, así como la marcha de las negociaciones que lleva adelante el Comité de Negociaciones Agrícolas de la OMC en el marco de una nueva Ronda que trata de cumplir los compromisos asumidos en la Conferencia Ministerial de Doha, son estratégicas para el complejo oleaginoso del Cono Sur y a fines de este año veremos los resultados. Si bien en las negociaciones en ALCA como en las que se llevan adelante con la Unión Europea no creemos que se solucionen cuestiones que nos han ocupado todos estos años, pensamos que se podría lograr una mayor apertura de mercados para los productos industriales del complejo oleaginoso, tanto en América como en Europa.
Hace apenas dos meses conocimos la oferta que realizaron los distintos países y bloques regionales en el proceso de integración del ALCA y, lamentablemente, los aceites vegetales siguen con los mismos problemas de acceso. Salvo raras excepciones, la mayoría de los países los han colocado como sensibles o directamente los han excluido del proceso de integración.
Creemos que uno de los elementos centrales para lograr una zona real de libre comercio en ALCA es la multilaterización de las preferencias, es decir, la reducción arancelaria a aplicar a un producto debe ser extendida a todos los miembros del bloque.
Si esto no es así, no habrá un aprovechamiento pleno de la competitividad ya que si prima, por el contrario el criterio de la bilaterización de las preferencias, estaremos desperdiciando esta instancia de negociación creando pequeños mercados con distintas condiciones de apertura según el socio, dejando de lado aspectos de eficiencia en el uso de los recursos.
Otro tema de gran importancia es la redefinición de la categoría de sensible que en el ALCA supera ampliamente cualquier otra categoría de desgravaciones.
Comprendemos la necesidad de algu nos países de categorizar como producto sensible a determinados productos agríco