Santa Fe analiza las secuelas de la reciente inundación
Las inundaciones en Santa Fe provocaron una crítica situación sanitaria en los campos provinciales, donde el daño por enfermedades en las vacas es todavía difícil de estimar porque recrudece ante nuevos casos de leptospirosis, mastitis y estrés continuo
Los agentes sanitarios de la provincia habían advertido sobre los perjuicios que el crecimiento del río Salado causaría en la ganadería santafesina, que mató más de un millón de animales y dejó a 3,5 millones de vacas con problemas de alimentación.
"Aun los establecimientos que no sufren el anegamiento total y pueden seguir produciendo estarán predispuestos a padecer algún brote de leptospirosis, mastitis, problemas podales y un estrés continuo sobre los animales, que los hará más vulnerables a los agentes patógenos infecciosos como parasitarios", advirtió el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Rafaela.
Dentro de las pérdidas más evidentes se enumeran los 500 millones de pesos en los tambos, las 4,8 millones de hectáreas en situación de emergencia y desastre dentro de 7 millones anegadas, y los 1.200 millones de pesos que se estiman arrasados por el agua en todo el complejo agropecuario de la provincia.
Sin embargo, el Inta destacó que "el deterioro sanitario de los rodeos está entre los prejuicios que comienzan a apreciarse a mediano o largo plazo".
"Cuando ocurren estos fenómenos hay tendencia a concentrar animales, reunirlos en zonas altas o seguras para evitar su muerte, y luego organizar su traslado a otros campos o establecimientos donde se continuará con la actividad", analizó el Inta en un informe sobre la situación en Santa Fe, que aporta un tercio de la producción nacional de leche del país.
Al respecto, alertó que las concentraciones de vacas en las zonas afectadas "aumentan el contacto de animales de diferentes establecimientos y, por consiguiente, los riesgos de presentación de brotes epidémicos de enfermedades".
"Hay que considerar el potencial riesgo sanitario en los departamentos del Centro y Noroeste de Santa Fe", agregó, antes de anunciar una serie de "medidas excepcionales" como "la vacunación antiaftosa y antibrucélica de los animales que no cumplimentaron el registro de las mismas y deben egresar de estas zonas con destino a otros establecimientos".
Cuando el río Salado comenzó a crecer y a cubrir campos ganaderos se elaboró un registro de establecimientos pecuarios en las provincias vecinas para trasladar las tropas de Santa Fe, con el objetivo de pastorear y tener condiciones sanitarias apropiadas.
Todos los movimientos de hacienda deben ser notificados a la oficina local del organismo, donde se reforzaron las situaciones de alerta ante eventuales sospechas de enfermedad.
Una de las que se ve favorecida por los excesos de humedad es la leptospirosis, responsable de muertes en terneros y abortos en vacas.
La leptospirosis, producida por una bacteria, se presentó en algunos tambos desde el inicio de la emergencia y "es un serio problema para la salud de la población rural debido a que se transmite al hombre".
De hecho afectó al propio gobernador, Carlos Reutemann, cuando visitó un establecimiento inundado.
Las inundaciones provocan también la migración de animales silvestres que pueden originar problemas sanitarios.
También son frecuentes los accidentes por ofidismo e insectos ponsoñosos, y otra enfermedad común detectada en el distrito es la pasteurelosis o "enfermedad del transporte", que provoca muertes de animales luego de su traslado, durante muchas horas, en vehículos.
Dentro de las enfermedades que comen