Auge de robos en norte y centro de Córdoba
Se llevan hasta 80 toneladas de granos
31deOctubrede2003a las08:22
Productores de la zona de Montecristo, Jesús María y otras localidades cercanas a la ciudad de Córdoba, comentaron a Infochacra la alta frecuencia de robos de soja que vienen sufriendo desde tiempo atrás.
“Desde hace un año y medio que los robos vienen creciendo en toda la zona del centro y norte de Córdoba. Llegan a ser cuadrillas de personas, que a veces cargan la soja de a baldes, pero que también se los vio cargando los camiones con chimangos”, comentó un productor de Montecristo que sufrió en carne propia el flagelo del robo de cereal.
Las cantidades, según refirió, no son menores de 10.000 a 80.000 kilos pueden ser sustraídas en una noche, lo cual involucra no sólo mucha gente sino también la logística para mover 80 toneladas del grano, la carga que transportan tres camiones cerealeros.
Cansados ya de sufrir robos, que además tienden a ser cada vez más violentos, los productores de Montecristo organizaron una patrulla rural, pagándola de sus propios bolsillos, hace tres meses. “Les pusimos una camioneta y les pagamos los adicionales por el servicio”, relató. “Con esto logramos reducir la frecuencia de robos de uno por semana, a uno solo en tres meses”. La patrulla cubre unas 25.000 hectáreas, o un radio de 10 kilómetros aproximadamente alrededor de la localidad cordobesa.
Sin embargo esto no es suficiente para garantizar la tranquilidad de los productores. “Lo que pedimos es que se intensifiquen los controles de los camiones en las rutas, que se revisen las cartas de porte, porque se utiliza documentación trucha o melliza en el negocio del grano robado”, agregó.
Es que, evidentemente, tiene que haber un circuito ilegal que en algún momento “blanquea” el ingreso de la soja, ya que no hay otro destino posible para la oleaginosa. Los productores señalan que los robos se producen tanto desde silos bolsa como de instalaciones fijas o galpones.
Pero también preocupan los robos de insumos que se guardan en el campo. “Llegamos al punto de que la gente compra los insumos, pero retira de la agronomía lo mínimo indispensable, porque sabe que si lo deja en el galpón, posiblemente se lo roben. Tampoco se puede vivir teniendo que salir a mitad de la noche a ver si se están llevando los insumos”, dijo otro productor que en una ocasión salió a perseguir el camión que le había sustraído sus insumos.
“Desde hace un año y medio que los robos vienen creciendo en toda la zona del centro y norte de Córdoba. Llegan a ser cuadrillas de personas, que a veces cargan la soja de a baldes, pero que también se los vio cargando los camiones con chimangos”, comentó un productor de Montecristo que sufrió en carne propia el flagelo del robo de cereal.
Las cantidades, según refirió, no son menores de 10.000 a 80.000 kilos pueden ser sustraídas en una noche, lo cual involucra no sólo mucha gente sino también la logística para mover 80 toneladas del grano, la carga que transportan tres camiones cerealeros.
Cansados ya de sufrir robos, que además tienden a ser cada vez más violentos, los productores de Montecristo organizaron una patrulla rural, pagándola de sus propios bolsillos, hace tres meses. “Les pusimos una camioneta y les pagamos los adicionales por el servicio”, relató. “Con esto logramos reducir la frecuencia de robos de uno por semana, a uno solo en tres meses”. La patrulla cubre unas 25.000 hectáreas, o un radio de 10 kilómetros aproximadamente alrededor de la localidad cordobesa.
Sin embargo esto no es suficiente para garantizar la tranquilidad de los productores. “Lo que pedimos es que se intensifiquen los controles de los camiones en las rutas, que se revisen las cartas de porte, porque se utiliza documentación trucha o melliza en el negocio del grano robado”, agregó.
Es que, evidentemente, tiene que haber un circuito ilegal que en algún momento “blanquea” el ingreso de la soja, ya que no hay otro destino posible para la oleaginosa. Los productores señalan que los robos se producen tanto desde silos bolsa como de instalaciones fijas o galpones.
Pero también preocupan los robos de insumos que se guardan en el campo. “Llegamos al punto de que la gente compra los insumos, pero retira de la agronomía lo mínimo indispensable, porque sabe que si lo deja en el galpón, posiblemente se lo roben. Tampoco se puede vivir teniendo que salir a mitad de la noche a ver si se están llevando los insumos”, dijo otro productor que en una ocasión salió a perseguir el camión que le había sustraído sus insumos.