La seguridad alimentaria, prioridad
Trazabilidad, adopción voluntaria de sistemas de control, integración vertical y certificación son algunas de las iniciativas que propician los privados.
La crisis de “la vaca loca” en los Estados Unidos relanzó una revisión del impacto de problemas en la seguridad alimentaria sobre el comercio agroalimentario. El Servicio de Investigaciones Económicas del Departamento de Agricultura de los EE.UU. (Economic Research Service) elaboró un dossier titulado Seguridad Alimentaria y Comercio Internacional: Teoría económica y estudio de casos sobre el tema.
Uno de los puntos de mayor interés de la presentación es la relación entre la componente privada -donde suelen surgir los problemas- con la pública, constituida por el entorno institucional que enmarca la actividad privada.
El informe destaca una serie de iniciativas que surgen desde el sector privado como estrategia para mejorar la seguridad de los alimentos:
1) Autorregulación mediante la adopción de normas de seguridad, como el sistema HACCP, y buenas prácticas agrícolas, entre otras.
2) Integración vertical del proceso productivo, con el fin de mejorar el control hacia atrás y adelante en la cadena. Esta tendencia se está verificando fuertemente en los Estados Unidos, señala el ERS.
3) Implementación de sistemas de trazabilidad, asociada a la capacidad de detectar fuentes de contaminación (hacia atrás) y retirar productos de la distribución (hacia adelante).
4) Contratación de certificadoras independientes, que garanticen que se siguieron los procedimientos que aseguran inocuidad y/o calidad del producto final.