Chau 2004, hola 2007
Fue tan buen año para el campo que hasta da pena despedirlo.
Fue tan buen año para el campo que hasta da pena despedirlo. Llegó y se fue con viento a favor. Durante 2004 soplaron bastante fuerte los todavía buenos precios de los commodities, las bajas tasas de interés internacionales, el dólar barato, la apertura de mercados y el crecimiento de China, entre otros.
Le fue bien al campo y en términos económicos también le fue bien al país. Casi sin sofocones, se creció a algo mas del 8% anual por segundo año consecutivo. Por estos días tanto el The New York Times como el Corriere della Sera coincidieron en elogiar la recuperación económica. Parecería ser que hoy los mismos que hace tres años bailamos en la cubierta del Titanic, somos por lo menos un pariente cercano de Gardel.
Por suerte, se sabe que no es así. ¿Cuál es entonces la verdadera medida? Los agricultores con años de campaña en el lomo saben que lo que en definitiva cuenta son los promedios. No se entusiasman con el rinde del primer lote. Esperan que se trille la superficie total y hacen sus cuentas con el rinde promedio. Este concepto que es vital para el desempeño de los que siembran es perfectamente trasladable a otros ámbitos.