Cuero y carne, cada vez más enfrentados
Ambas industrias exportan por US$ 1.000 millones y se acusan de elevar precios.
Aunque lleva más de dos décadas, la pelea quedó al descubierto en las últimas semanas, cuando —bajo una fuerte presión del Gobierno para que no suba la carne— los faenadores acusaron a los curtidores de ser corresponsables de los aumentos, al haber "incumplido" su acuerdo para elevar los precios del cuero crudo un 5%. Por el contrario, según datos del Consorcio ABC, los pagos a los frigoríficos por esa materia prima bajaron 15%.
¿Qué tiene que ver el precio de los cueros con el de un bife? Según los frigoríficos, mucho. La explicación es que las plantas de faena obtienen parte de su ganancia con la venta del "recupero" (el cuero, más el cebo y las vísceras), y que cuanto menos ganan con estos subproductos más es lo que deben cotizar la carne.
Voceros del sector curtidor, ayer, consideraron este razonamiento como "falaz", argumentando que el cuero solo representa, en peso, un 7% del valor del vacuno y que, así, mal puede incidir en los precios del churrasco. "La desinversión y la pérdida del stock ganadero a manos de la adicción a la soja explican la suba del precio de la carne. Involucrar a la cadena del cuero es distraer la atención del verdadero problema", se defendió el presidente de la Cámara de Manufacturas del Cuero, Raúl Zylbersztein.