El biodiesel tiene un más allá
A partir del principal deshecho de la industria del biodiesel, el glicerol, proponen fabricar bioetanol o alcohol vegetal.
Suena elegante, ¿o no?. Los autos nafteros del país, o parte de ellos, podrían moverse gracias al residuo generado para hacer andar cosechadoras, tractores, camiones, equipos electrógenos y autos diesel. Y lo que se necesita para esto es pasar a escala de demostración un proceso bien verificado en laboratorio.
Como tercer negocio, con el mismo residuo industrial (glicerol) se puede fabricar un plástico biodegradable, el polihidroxibutirato, o PHB, con varios nichos posibles de mercado. Y como cuarto negocio, se le pueden dar ambos negocios, el del alcohol y el de los "bioplásticos", a otra industria totalmente ajena a la del biodiesel: la láctea. Esta podría usar su principal residuo, la lactosa del suero de leche, como materia prima para fabricar tanto alcohol como bioplásticos.
Algunos de estos resultados vienen certificados por una de las revistas de mayor peso mundial en biotecnología aplicada (Applied and Environmental Microbiology), que publicó el desarrollo en su número de abril. Las entidades nacionales respaldantes son el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA).