La fiesta que no oculta la crisis
El campo que se muestra en la Rural refleja el favorable contexto internacional, con una fuerte demanda mundial de granos y muy buenos precios; pero no esconde las dificultades que enfrenta el negocio pecuario.
Aunque habrá que aclarar bien de qué se está hablando porque mientras la agricultura vive una pujanza que impresiona, la ganadería experimenta una severa crisis, agravada en los últimos 20 meses por las idas y vueltas de la política oficial para la actividad. En rigor, el Gobierno -que nunca tuvo una estrategia ganadera- sólo se centró en controlar los precios al consumidor, lo que lo llevó a limitar las exportaciones e intervenir los mercados con las consecuencias son bien conocidas.
El mundo desarrollado demanda alimentos seguros y naturales, que la Argentina puede proveer. Y los países en desarrollo, granos, aceites y carnes en cantidades crecientes. Por eso, la última cosecha llegó a los 95 millones de toneladas, y la próxima -si los fertilizantes que escasean alcanzan- podría llegar finalmente a la cifra tantas veces profetizada: 100 millones de toneladas.
Pero además, lo que se ve en los pasillos del tradicional predio ferial, también es una muestra de la potencialidad de las actividades agropecuarias tanto en genética animal y vegetal, como en fertilización y maquinaria agrícola (que en los últimos tres años tuvo un crecimiento explosivo).