Polémica por un cambio radical en el comercio de carnes
La reciente venta del frigorífico Quickfood, uno de los establecimientos emblemáticos del país, a capitales brasileños encendió el debate sobre la carne que consumen los argentinos, y lo que pagan por ella. Los proyectos de cambio ya están en el Congreso.
Las posibles consecuencias de cambiar el actual sistema de comercialización de carne vacuna por medias reses por otro por cuarteo (piezas) ya instaló la polémica por sus consecuencias sobre los precios en el mercado interno, cuando todavía los proyectos no tomaron estado parlamentario.
Mientras el ex presidente del ruralismo confederado y actual analista sectorial, Arturo Navarro, dijo a la prensa que "no puede haber posibilidad de ningún cambio en las políticas de ganados y carnes, si seguimos pensando solamente en el mercado interno" y criticó a los que hablan de aumentos, el titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), Raúl Schiariti, adelantó a este diario que un análisis económico encargado por la entidad concluyó que los precios en el mostrador "subirían hasta un 30% si se opta por el cuarteo".
Navarro puso de relieve que el doble estándar sanitario que existe en el país "no permite cumplir con estas condiciones, porque fomenta la competencia desleal entre los que cumplen con la ley y quienes no lo hacen, al evadir las normas sanitarias y fiscales".
En su opinión, una propuesta superadora sería que todos los frigoríficos comercialicen por cortes realizados en las mismas plantas de faena, manden los cortes de mayor valor al exterior y atiendan el consumo interno con el resto, que llegaría al mostrador más barato, con mayor eficiencia y transparencia sanitaria y fiscal para todo el sistema.