Tras la inundación de hace un año, volvió el ganado al Delta
Las islas del Paraná, que habían sufrido un éxodo casi total de vacunos con la crecida de principio de 2007, se repoblaron. Los bajos costos permiten un engorde rentable.
Bajó el agua del Río Paraná tras la feroz crecida de hace un año, que provocó un éxodo casi total de los vacunos, y la hacienda comenzó a volver a las islas de su delta, debido a la rentabilidad de criar o engordar animales allí. Es que la insistencia del avance agrícola sobre la ganadería en los campos más fértiles convierte a la región, que no es apta para la producción de granos, en una buena opción para los que no quieren desprenderse de las vacas, tanto por cercanía como por bajos costos.
Según datos de la Fundación de lucha contra la fiebre aftosa (Fucofa) de Entre Ríos –provincia en la que se encuentra cerca del 62% del ganado que habita las islas–, en los departamentos de La Paz, Victoria, Paraná, Diamante e Islas del Ibicuy ya hay 750.000 vacunos. Esto es, cerca del 75% de lo que fue el pico máximo en esos lugares, que se alcanzó en diciembre de 2006 (justo antes de las inundaciones), cuando los datos de la vacunación contra la aftosa indicaban un stock de 1 millón de vacunos.
En todo el delta del Paraná (incluyendo las islas de Buenos Aires y Santa Fe), el rodeo ronda hoy 1,2 millón de animales, cuando a fin de 2006 llegaba a 1,5 millón, según la Fucofa.
La inundación significó la muerte de unos 29.000 vacunos y el éxodo casi total del resto, de los que algunos fueron hacia una faena anticipada y otros, hacia campos en tierra firme.