Un cacerolazo espontáneo que nadie se imaginaba

Argentina es impredecible. Y en política nada está dicho. Dos verdades irrefutables que ofreció anoche la realidad del país en el marco del decimocuarto día de paro agrario. Ni el más pesimista del sector K hubiera pensado que de un momento a otro, su poder hegemónico recibiría los mismos bocinazos y cacerolazos de repudio que una noche de diciembre (hace casi seis años y medio) harían caer luego a un Presidente. Cristina debió enfrentar desde anoche un cacerolazo por sus fuertes críticas al campo, en lo que fue la primera protesta social a la gestión Kirchner. Tal vez una reacción que la sociedad venía incubando y que la primera línea del Gobierno no supo leer a tiempo.

26deMarzode2008a las07:25

Miles de personas salieron anoche a golpear cacerolas en distintos barrios de la zona norte de la Capital Federal, ciudades del interior del país, Quinta de Olivos y hasta la Plaza de Mayo para rechazar el duro discurso de la presidenta Cristina Kirchner contra el paro agropecuario.

Vecinos de la zona norte de la Capital y de distintas ciudades del país, como San Miguel de Tucumán, Mar del Plata, Luján y Tandil, realizaron un cacerolazo espontáneo con bocinazos incluidos.

La protesta en la Capital, protagonizada en su mayoría por personas que provienen del interior del país y se encuentran en Buenos Aires, hizo revivir -salvando las distancias- los cacerolazos que se produjeron en diciembre del 2001. Si hasta se volvió a escuchar el ya olvidado cántico: ²Que se vayan todos, que no quede, ni uno solo².
Alrededor de las 20.30, un importante grupo de manifestantes se concentró en un cacerolazo en la zona adyacente al Obelisco para rechazar el discurso de la presidenta Cristina Kirchner, y se dirigía hacia la Plaza de Mayo.

Los manifestantes se movilizaban con sus familias enteras y había personas de todas las edades que circulan de forma tranquila pero ruidosa y con la consigna “el campo está de pie”.