Un aterrizaje con turbulencias
La crisis financiera internacional, originada en los Estados Unidos, terminó de precipitar la baja de las commodities, que ya venían golpeadas; los especialistas prevén mayor volatilidad y riesgos para las empresas del campo.
Una semana para el olvido. Como reguero de pólvora, los mercados internacionales estallaron y las esquirlas de la bomba están dando vueltas por todas partes. Nadie se anima a predecir cuándo dejarán de ir de un lado a otro, y menos la gravedad que finalmente tendrán las heridas que abrieron. Pero además nadie duda de que las cosas no serán como antes. La explosión de la crisis financiera, parida en realidad el año pasado en los Estados Unidos con la debacle hipotecaria pero potenciada con la caída de gigantescos bancos de inversión, como Lehman Brothers, no será gratis para ningún sector, y el campo lo sabe. En estos días lo vio de cerca con las commodities , afectadas por la volatilidad y con fondos migrando a refugiarse a destinos más seguros como los bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Un punto no menor es que muchas de las entidades que ya quebraron o quedaron en problemas, como la rescatada aseguradora norteamericana AIG, administran fondos de inversión que dentro de sus carteras poseen materias primas. Es un elemento no menor que les agrega presión al mercado y al campo local en un contexto ya devaluado por la suba de costos, la incertidumbre y hasta la sequía. Igual, la soja ya arrastraba un derrumbe que le hizo perder casi US$ 200 en los últimos dos meses y el maíz resignó otros 150 dólares.