El juego de la Oncca

Mientras los productores critican el entramado de controles del organismo, su presidente, Ricardo Echegaray, dice que lo hace para garantizar el consumo interno.

18deOctubrede2008a las08:21

"Estamos hartos de pedir ROE para todo, cuando la única que roe es la Oncca, que se ha convertido en una cueva de ratas", disparó un explosivo dirigente de la Federación Agraria hace pocos días, en el fragor de una asamblea agropecuaria. La frase desnuda la antipatía que produce en cámaras de productores e industriales la Oficina de Control Comercial Agropecuario (Oncca) el mega organismo que controla todo lo que comercia y exporta el campo argentino.

Controles para comerciar que terminan trabando el comercio exterior, exceso de celo en el contralor, reglamentaciones ridículas, discrecionalidad en reparto de los registros de operaciones de exportación (ROE) y persecusión ideológica a las entidades son algunas de las acusaciones que el campo hace a la Oncca y a su titular, Ricardo Echegaray.