Por alza de costos y caída de precios hay un fuerte ajuste en el campo

La sequía también afecta el negocio. Los que arriendan están más comprometidos.

20deOctubrede2008a las07:24

Por primera vez en mucho tiempo la rentabilidad del negocio agrícola está en jaque. Los cálculos oficiales y privados son coincidentes: debido al fuerte retroceso de los precios internacionales, que en el caso de la soja fue de 45% desde junio, y a una no menor suba de los insumos, los chacareros pampeanos tendrán que hacer malabares esta campaña para no perder plata. Solo zafarían -si esta película quedara congelada- aquellos que trabajen sus propios campos o logren altísimos rendimientos.

La crisis financiera mundial y su correlato en el mercado de granos desencadenó un fuerte proceso de ajuste al interior del negocio agrícola, el que provee la mayor cantidad de dólares a la Argentina. Los efectos de la caída de los precios impactan en todos los sectores, incluido el Estado. Pero colocan en situación de vulnerabilidad particularmente a un actor clave: el productor que siembra sobre tierras alquiladas. Entre 60% y 70% de la pradera pampeana se trabaja bajo esa modalidad. Lo hacen grandes grupos como el que dirige Gustavo Grobocopatel. O arrendatarios tradicionales chicos, como el entrerriano Alfredo De Angeli.