El campo lo hizo de nuevo: y no fue magia
“Hay un sólo rumbo y podemos empezar a diseñarlo hoy”, sostuvo el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes
Sin enredarnos en los vericuetos de las internas políticas de unos y otros y venciendo el boicot de intereses ajenos, trabajamos durante meses en pulir ideas y en frenar propuestas que socavan la autonomía de los poderes. Así, con esfuerzo, llegamos a desbaratar la avaricia del oficialismo que no conforme con lo que ya nos quita por retenciones, pretendía arrogarse una facultad que no le es propia lastimando de muerte un concepto constitucional enorme. Y logramos, casi al mismo tiempo y en otro espacio, una medida a escala de pequeños y medianos productores que hoy necesitan una mano para seguir trabajando. Sabemos que falta mucho, pero también sabemos que no hay cosecha si no sembramos.
Los pasos que dimos y que llevaron tiempo hoy muestran su fruto. Y falta más. Es sorprendente esa decisión que abonan algunos de no juntarse y no hablar. Nostálgicos del puñetazo en la mesa cuentan con los dedos de la otra mano las excusas a la hora de ir a protestar. En esa ambivalencia del "vayan que ya vamos" construimos una alternativa que aún es flaca, pero más fértil que los portazos de la dirigencia vintage.
El campo es un actor de fondo. Y evoluciona hacia adentro y hacia afuera. Es el puente que nos vincula con el mundo y es también un interlocutor enorme por lo que aporta, lo que contiene, genera y produce. Limitar su potencia a una sola discusión es encorsetar el mañana del campo.
Además de terminar con las retenciones, clamamos por una nueva ley impositiva, el fin del festival cambiario, el acceso a más tecnología, mercados internacionales, innovación, financiación, infraestructura, proyección, y políticas para el crecimiento del campo son los ejes que cimentamos en la pulseada constante con el poder.