Inocuidad, efectividad y compatibilidad: los tres mitos de los bioinsumos
Estos productos de origen biológico permiten mejorar la productividad de los cultivos; existen tres grupos: biofertilizantes, bioestimulantes y productos de biocontrol.


La agricultura argentina es innovadora y se caracteriza por la rápida adopción de tecnologías, a cargo de sus protagonistas: los productores agropecuarios. Del otro lado de la cadena, está la industria de fitosanitarios, entre otras, que desarrolla e investiga nuevos ingredientes activos y formulaciones, métodos de aplicación más eficientes, tecnologías de liberación controlada.
También mejoras en la seguridad de los productos y en la protección del ambiente. Dentro de esta batería de herramientas encontramos soluciones biológicas para el control de adversidades.
Los productos biológicos o bioinsumos de uso agropecuario son sustancias de origen biológico o natural, como por ejemplo hongos, bacterias, virus, ácaros o extractos de plantas. Sirven para mejorar la productividad de los cultivos y pueden clasificarse en tres grandes grupos: como biofertilizantes, bioestimulantes y productos biológicos de control o productos de biocontrol.
Los biofertilizantes son productos naturales que contienen microorganismos beneficiosos para las plantas, ayudando a mejorar su crecimiento y nutrición. Los inoculantes son los más conocidos y representan el mayor porcentaje del mercado, alcanzando a casi el 65% de los bioinsumos comercializados en Argentina.
