El maldito (o bendito) presupuesto de la empresa agropecuaria: ¿Puedo o no comprar una máquina?
En plena antesala de la cosecha y la nueva campaña, la planificación vuelve a ser la clave que separa a las empresas eficientes del resto

Noviembre es la época que empezamos a entrar en zona cosecha y, fundamental, la preparación de la campaña nueva.
Comunmente nos enseñaron que el año agropecuario es de julio a julio. Es verdad y acá juegan mis años en bancos donde la proyección financiera se hace en esta época. ¿Por qué? Porque los procesos económicos del mercado cierran su ciclo y te tenés que acoplar.
A la mayoría de las empresas y productores les aburre planificar. Algunos lo detestan (maldito presupuesto), pero si aprendés a hacerlo bien es tu carta ganadora (bendito presupuesto).
Presupuesto económico vs. financiero
Primero hay que diferenciar un presupuesto económico y un presupuesto financiero para evitar confusiones:
Presupuesto económico es la diferencia entre la producción (QQ/Kg/Litros) por precio, menos los costos implicados. En su faceta técnica se consideran las amortizaciones y los costos de oportunidad. Es el margen entre la producción valorizada y los costos que incluyen amortizaciones. En sus fórmulas de utilidad toma costos de oportunidad, que a su vez aplica sobre rentabilidad.
De esta forma, el presupuesto económico nos sirve para medir eficiencia técnica y rentabilidad.
La realidad del negocio
Por otro lado, el presupuesto financiero es la realidad del negocio. No toma en cuenta amortizaciones ni costos de oportunidad. En su más cruda expresión son los ingresos y egresos y su saldo neto ya sea positivo o negativo durante un ciclo productivo de un año.
Dado que es considerado como conector entre la empresa y el mercado, tiene profundas implicancias externas a considerar cuando se está proyectando. La recomendación es que siempre mires la proyección de precios futuros de A3 y de la Bolsa de Chicago (CBOT).

