La protesta nos parece justa

Tres productores explican su enojo porque, por las trabas del Gobierno, no pueden comercializar el trigo.

17deEnerode2011a las07:22

José Barbieri no es un terrateniente de miles de hectáreas ni tiene una cantidad suficiente de tierras que lo acerquen a esa calificación. Barbieri es un pequeño productor. En la zona de Colón, en el norte bonaerense, apenas maneja 60 hectáreas y, de esa superficie, heredadas de su padre, en la última campaña sembró 14 hectáreas con el cultivo de trigo.

En rigor, en el ciclo pasado cosechó en esas hectáreas el equivalente a 79 toneladas. Eso representa llenar dos camiones. Una parte de esa mercadería la canjeó por insumos que necesitaba, pero más del 80% lo tiene sin comercializar. "Lo entregué a una cooperativa, pero no lo puedo vender", dice. El motivo es simple: por las intervenciones del Gobierno sobre el mercado del trigo, que impiden la competencia entre molinos y exportadores, no hay operaciones fluidas, y en los negocios que se han cerrado hubo descuentos de hasta 200 pesos por tonelada. Sólo por esta intervención, los productores transfirieron en las últimas cuatro campañas US$ 2000 millones a otros eslabones de la cadena comercial.

Por esta distorsión, hoy la Mesa de Enlace comenzará un paro de comercialización de granos y oleaginosos (ver aparte). Productores como Barbieri ven justa la protesta. "En mi caso, estoy obligado a adherirme porque no hay precio para el trigo", comentó a La Nacion. "Acá en la zona está todo parado; no compran nada", agrega. Le preocupa que, en un año en que el trigo le rindió 5700 kg/ha, 2000 kilos más versus 2009, se presente este escenario complicado.