“Con dolor hago estos versos...": el poeta de la finca perdida que emociona por su amor a Fatiga, su fiel compañero al que envenenaron

A los 75 años, Mario Fernández vive en una finca perdida cerca de Las Breñas, Chaco; escribe lo que el alma calla: la muerte de su perro, su infancia a caballo y los 50 años junto a su esposa; un documental del canal Cambá POR AHÍ! lo retrata por primera vez como lo que es: un poeta del monte

“Con dolor hago estos versos...": el poeta de la finca perdida que emociona por su amor a Fatiga, su fiel compañero al que envenenaron
29deJuliode2025a las17:05

“Con dolor hago estos versos, nombrándote a vos, Fatiga, que te fuiste al otro mundo y me dejaste una herida…”. Así empieza uno de los tantos poemas que Mario Fernández escribió con lágrimas en los ojos y lápiz en mano, desde su rancho chaqueño. Fatiga era su perro, su compañero fiel, su sombra. Alguien lo envenenó, y desde entonces su recuerdo vive en un cuaderno, enterrado junto a la tranquera y en la voz de su dueño.

La vida en el interior de Chaco

Mario tiene 75 años, una vida entera en el monte, y un archivo íntimo de poesía rural que nunca había mostrado en cámara. Hasta ahora. El canal de YouTube Cambá POR AHÍ! lo descubrió y publicó un documental que ya conmueve a miles: “El poeta del monte: escribe lo que el alma calla en su finca perdida”.

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Entre sogas y cicatrices

Su campo está lejos de todo, pero no le falta nada: huerta, gallinas, perros, herramientas propias, sogas trenzadas por él mismo, cuchillos con historia, poemas guardados en bolsas y una mesa de quebracho que resiste desde su época de carnicero.

“Yo no me quedo quieto”, repite varias veces. En su mundo no existe el ocio. Cada tiento, cada verso, cada hilo tiene un sentido. Sabe capar un potro solo, enlazar un toro bravo con un solo lazo y curar heridas con aloe vera. Aprendió observando, fallando, y volviendo a intentar. La experiencia no está en los libros: está en el cuerpo.