El voto del campo, la nueva vedette de estas elecciones
Inesperadamente, porque parecía anestesiado, el voto del campo se convirtió en un jugador importante del proceso electoral que finalizará en octubre.
30deJuliode2011a las01:46
Esta vez los encuestadores no la pifiaron cuando predijeron que durante los próximos meses "puede pasar de todo". Efectivamente, en Santa Fe, el patito feo, el que hasta no hace mucho era subestimado por inexistente para los radares de la política, se convirtió no en el cisne del cuento sino en la vedette de las elecciones provinciales.
Su voto castigo terminó por sepultar en el tercer lugar al candidato kirchnerista, Agustín Rossi. La mayoría de los analistas coincidió en otorgarle "al voto del campo" una fuerza decisiva. Y opositora, por si quedaban dudas acerca del estado de su memoria.
Lo mismo consideró el gobernador Hermes Binner cuando en la noche del triunfo de su delfín Antonio Bonfatti sobre el candidato revelación, Miguel Del Sel, de Pro, le dedicó una parte considerable de su discurso a denostar el cierre de las exportaciones del trigo y del maíz por parte del gobierno nacional. Algo que evidentemente no es habitual de escuchar en una fiesta partidaria del Partido Socialista.
Pero la novedad no queda limitada a Santa Fe. Se calcula que cerca del 70% del territorio del país está ocupado por regiones donde la producción agropecuaria es la base productiva. Y su peso electoral está relacionado con la diversidad de actores que la conforman. Por ejemplo ¿qué humor pueden tener en estos momentos los fabricantes de maquinaria agrícola nacionales que ven afectada su producción y pierden ventas porque no se pueden abastecer de componentes importados? Crecen los reclamos ante la Aduana para sacar insumos claves de sembradoras, tolvas y mixers.
En otra escala, la importación comienza a vivir la misma experiencia que desde hace unos años vive la exportación de productos agropecuarios.
Con la discrecionalidad, las demoras en puerto y la ampliación a 600 las posiciones arancelarias afectadas por las licencias no automáticas de importación, se termina de completar la obra de destrucción de la previsibilidad del comercio exterior argentino.Volviendo al fenómeno del voto del campo, lo cierto es que ya hay una cola con candidatos que quieren seducir a este electorado.
En Entre Ríos, mientras presentaba a sus candidatos a diputados nacionales, que encabeza Guillermo Bernaudo, un referente agropecuario de trayectoria y peso, Elisa Carrió pidió perdón al campo por haber llevado alguna vez como candidato al diputado socialista Lisandro Viale. Lo criticó por oponerse a los proyectos de ley para la eliminación de los ROE y los derechos de exportación.
En Córdoba, los candidatos a gobernador, José Manuel De la Sota y Oscar Aguad se acusaron no de estar en la vereda de enfrente del sector agropecuario, ubicación que ocupa exclusivamente el kirchnerismo, sino por quién había apoyado más los reclamos del campo durante los últimos años.
Sin embargo, la gran pregunta es cómo se comportará el voto del campo en la provincia de Buenos Aires. ¿Volverá a repetir el protagonismo que tuvo en Santa Fe y que probablemente tenga en Córdoba y Entre Ríos? Se sabe que entre los habitantes del sur santafecino y el norte bonaerense no hay diferencias. Algo parecido se puede pensar con todo el oeste de la provincia. Y en el Sudeste, los productores trigueros vienen sufriendo desde hace por lo menos cinco campañas los problemas de comercialización. Sin embargo, distintas encuestas de opinión reflejan que, en el interior bonaerense, la presidenta Cristina Kirchner mantiene una alta intención de votos.
Por las dudas, el gobernador Daniel Scioli tomó nota de lo que le pasó a Agustín Rossi y le pidió al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, la ampliación del cupo de exportaciones de trigo.
Con esa lógica se liberaron 450.000 toneladas. ¿Se re
Su voto castigo terminó por sepultar en el tercer lugar al candidato kirchnerista, Agustín Rossi. La mayoría de los analistas coincidió en otorgarle "al voto del campo" una fuerza decisiva. Y opositora, por si quedaban dudas acerca del estado de su memoria.
Lo mismo consideró el gobernador Hermes Binner cuando en la noche del triunfo de su delfín Antonio Bonfatti sobre el candidato revelación, Miguel Del Sel, de Pro, le dedicó una parte considerable de su discurso a denostar el cierre de las exportaciones del trigo y del maíz por parte del gobierno nacional. Algo que evidentemente no es habitual de escuchar en una fiesta partidaria del Partido Socialista.
Pero la novedad no queda limitada a Santa Fe. Se calcula que cerca del 70% del territorio del país está ocupado por regiones donde la producción agropecuaria es la base productiva. Y su peso electoral está relacionado con la diversidad de actores que la conforman. Por ejemplo ¿qué humor pueden tener en estos momentos los fabricantes de maquinaria agrícola nacionales que ven afectada su producción y pierden ventas porque no se pueden abastecer de componentes importados? Crecen los reclamos ante la Aduana para sacar insumos claves de sembradoras, tolvas y mixers.
En otra escala, la importación comienza a vivir la misma experiencia que desde hace unos años vive la exportación de productos agropecuarios.
Con la discrecionalidad, las demoras en puerto y la ampliación a 600 las posiciones arancelarias afectadas por las licencias no automáticas de importación, se termina de completar la obra de destrucción de la previsibilidad del comercio exterior argentino.Volviendo al fenómeno del voto del campo, lo cierto es que ya hay una cola con candidatos que quieren seducir a este electorado.
En Entre Ríos, mientras presentaba a sus candidatos a diputados nacionales, que encabeza Guillermo Bernaudo, un referente agropecuario de trayectoria y peso, Elisa Carrió pidió perdón al campo por haber llevado alguna vez como candidato al diputado socialista Lisandro Viale. Lo criticó por oponerse a los proyectos de ley para la eliminación de los ROE y los derechos de exportación.
En Córdoba, los candidatos a gobernador, José Manuel De la Sota y Oscar Aguad se acusaron no de estar en la vereda de enfrente del sector agropecuario, ubicación que ocupa exclusivamente el kirchnerismo, sino por quién había apoyado más los reclamos del campo durante los últimos años.
Sin embargo, la gran pregunta es cómo se comportará el voto del campo en la provincia de Buenos Aires. ¿Volverá a repetir el protagonismo que tuvo en Santa Fe y que probablemente tenga en Córdoba y Entre Ríos? Se sabe que entre los habitantes del sur santafecino y el norte bonaerense no hay diferencias. Algo parecido se puede pensar con todo el oeste de la provincia. Y en el Sudeste, los productores trigueros vienen sufriendo desde hace por lo menos cinco campañas los problemas de comercialización. Sin embargo, distintas encuestas de opinión reflejan que, en el interior bonaerense, la presidenta Cristina Kirchner mantiene una alta intención de votos.
Por las dudas, el gobernador Daniel Scioli tomó nota de lo que le pasó a Agustín Rossi y le pidió al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, la ampliación del cupo de exportaciones de trigo.
Con esa lógica se liberaron 450.000 toneladas. ¿Se re