Una oportunidad histórica

El autor destaca la enorme oportunidad que tiene la cadena del maíz y el sorgo de apuntalar el desarrollo de la Argentina a partir del agregado de valor de los granos y el aprovechamiento de la creciente demanda mundial de productos como la carne, el etanol y los biomateriales. “La dedicación y el compromiso de todos los sectores resultan clave“, advierte.

16deJuniode2012a las08:40

El crecimiento de los estándares de vida de una población que aumenta conduce a un substancial incremento de la demanda mundial de energía y alimentos. En este contexto, en la última década el consumo mundial de maíz creció desde 610 millones de toneladas hasta poco más de 900 millones, un incremento de más del 50%.

Las industrias que procesan el grano son cada vez más sofisticadas y lo transforman en todo tipo de productos de uso cotidiano. Además de ser el forraje por excelencia para la producción de carnes, la industria de etanol no se detiene, el biogás y los biomateriales vienen para pisar fuerte y el crecimiento de las industrias de molienda en los países asiáticos es exponencial.

Los cambios son tan profundos que significan el nacimiento de una nueva era, un tiempo que nos brinda a las cadenas agroindustriales argentinas, y en particular a la cadena del maíz y del sorgo, una de las mayores oportunidades para desarrollarse de la historia. Pero el cambio es complejo y supone sortear nuevas amenazas y problemas, tanto a nivel nacional como internacional.