Nutrición foliar, para potenciar una soja que viene bien
Todos los esfuerzos deben estar apuntados a maximizar el número de granos por metro.
Habiendo atravesado una siembra de soja complicada por lluvias excesivas, retrasos en la siembra y resiembra de lotes, el cultivo sigue adelante.
Hoy, con lotes ya entrando en etapas reproductivas en la mayor parte de las zonas, la expectativa de rindes y precios presentan un escenario alentador para adquirir tecnología e innovar. Para esta etapa del cultivo, la protección y la nutrición son las variables a manejar si se aspira a conseguir el máximo resultado posible, en rendimiento y retorno económico.
En materia de nutrición, la soja ha estado, en general, postergada en cuanto al nivel de nutrientes aplicados vía fertilización, en relación con la extracción que se realiza cosecha a cosecha, lo que genera un déficit nutricional en los suelos. Dicho déficit en la reposición de nutrientes ha sido cuantificado y reportado en diversas oportunidades por investigadores como la ingeniera agrónoma Graciela Cordone, del Inta Casilda.
En una rotación de cultivos con predominancia de soja, los suelos se encuentran cada vez más limitados en su capacidad para entregar nutrientes. Al mismo tiempo, a medida que se invierte en paquetes tecnológicos más sofisticados, se elevan los rendimientos esperados y con ello la demanda de nutrientes es mayor.