Las napas, un factor decisivo

En General Villegas, productores y técnicos cuentan cómo las tienen en cuenta para diseñar la estrategia productiva. El análisis de la napa es una herramienta básica.

Las napas, un factor decisivo
11deDiciembrede2013a las06:57

La llanura pampeana, en especial donde la pendiente es escasa, favorece la existencia de aguas freáticas superficiales. Estas napas -que son el techo de la zona saturada del perfil, donde los poros están totalmente ocupados por agua- oscilan e impactan en los sistemas de producción.

“El agua asciende por capilaridad en el perfil del suelo y, dependiendo de las texturas, puede subir entre 70 centímetros hasta 1,5 metros desde el techo de la zona saturada. Esa porción del perfil se denomina zona capilar y desde allí toman el agua los cultivos”, explica Fernando Scliar, asesor privado y miembro del Grupo El Labrador, de la zona de General Villegas. Allí, las napas explicaron los excelentes rindes de los cultivos el año pasado, a pesar de no recibir lluvias durante 60 días, en pleno período crítico (fin de diciembre hasta fin de febrero).

“Lotes profundos donde los cultivos tuvieron buen acceso a las napas tomaron el agua necesaria desde la zona capilar y tuvieron rindes excepcionales. En algunos casos -en dicho período- medimos descensos de napas de 1,2 a 1,5 metros. Eso significa aportes a los cultivos de 400 milímetros aproximadamente. Las napas fueron nuestras aliadas”, dijo Scliar.

Pero pueden convertirse en un riesgo si están muy cerca de la superficie, por ejemplo a menos de un metro y con el perfil saturado o, como se dice, “en capacidad de campo”. Futuras lluvias pueden significar anegamientos temporarios y/o las raíces -que necesitan agua pero también oxígeno- entrar en anoxia temporaria.

En este sentido, Scliar es claro al decir que las raíces toman el agua de la zona capilar; no de la napa. Si continúa lloviendo se completan los poros, que deberían tener agua, con aire, y se inunda el lote. Y esto -en una cuenca plana como la de Villegas, donde hay muy poco escurrimiento- es muy peligroso. De esa manera, la napa se convierte en una “enemiga”.

Hace doce años, el INTA Villegas armó una red de freatímetros. “Son dos tubos encamisados, de 12 metros de profundidad, ubicados en diferentes posiciones del paisaje -loma, media loma, bajo- o en el ambiente representativo del establecimiento y distribuidos uniformemente en el partido”, dice Alejandra Macchiavello. Son 30 y mensualmente miden el nivel del agua y las lluvias registradas.