En La Margarita, el agua comienza a amigarse con el suelo y los cultivos

En el establecimiento, cercano a la localidad de Sinsacate, se realizan 20 kilómetros de terrazas y desagües.

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En La Margarita, el agua comienza a amigarse con el suelo y los cultivos
11deJuliode2014a las09:16

Los maíces que quedan en pie no permiten decretar el cierre de la campaña “vieja”, pese a que el invierno ya ha corrido en su calendario. Pero lo que llama la atención, por tratarse de labores no habituales, es la presencia de maquinaria dibujando terrazas y suaves canales en medio del trigo que larga sus primeras hojas y recibe la lluvia desde los equipos de riego.

Una motoniveladora y un tractor tirando una rastra doble acción con discos dentados están en plena tarea como parte de un proyecto que comprende la construcción de 20 kilómetros de terrazas y canales que en el futuro quedarán empastados, para un suave deslizamiento de los caudales de lluvia.

En el paraje Mula Muerta, el trabajo de los pivotes de riego instalados en la estancia La Margarita (sucesión de Luis Pereyra, al este de Sinsacate, departamento Colón), compone una gran paradoja.

Aquí, el último verano el agua hizo estragos. Las lluvias torrenciales encendieron la mayor alarma: la escuelita rural colindante con el casco y las instalaciones del campo sucumbió en el fondo de un barranco natural que se fue agrandando con el correr de los años. Sólo quedó en pie una sola pared, con un pizarrón fijado en ella como testigo.

La enorme cárcava, que en su momento copió el trazado de un camino, supera los cinco metros de elevación, atraviesa el campo y amenaza una planta de silos y otras instalaciones. Durante muchos meses permanece vacía, hasta henchirse y embravecer durante el ciclo de lluvias con la fuerza del torrente que baja prácticamente sin control desde los predios vecinos y por la pendiente que nace en las sierras, hacia el oeste.

Momento de decisión

“El trabajo de sistematización ya lo habíamos evaluado hace cuatro años, cuando vivía mi padre pero, por distintos motivos, no lo pudimos iniciar. Este año, las lluvias agravaron el panorama y tomamos la decisión de llevar adelante el proyecto”, señaló a La Voz del Campo Fabio Pereyra, uno de los propietarios del establecimiento.

“Normalmente, acá siempre se hizo una rotación basada en trigo, maíz y soja. Esta es una zona con caudales subterráneos importantes y el riego suplementario (equipos de pivot) nos permite tener ocupado el campo con cultivos durante la mayor parte del año”, agrega Pereyra.

Ahora le llegó el turno a otro tipo de ingeniería, que no sólo permitirá un mejor aprovechamiento del agua, sino evitar que este recurso se salga de madre y provoque daños.

El ingeniero agrónomo Luis Crusta, con más de 30 años como especialista en conservación de suelos, tiene a su cargo la dirección técnica. La misma misión que ya llevó adelante en los consorcios El Salto (Corralito), Las Gamas, Las Peñas Sud, Alpa Corral y Los Mil Lagos. Junto con la arquitecta Melisa Demarchi miden para comprobar que se logre un desnivel de sólo 30 centímetros entre el canal y el bordo de las terrazas en construcción.