Massa se lanzó a la Presidencia con críticas a sus rivales y al Gobierno

Les pegó duro a Scioli y a Macri, y dijo que sacará a "los «ñoquis» de La Cámpora"; prometió eliminar Ganancias y firmeza contra el delito.

Un discurso con ataques en varios frentes.

Un discurso con ataques en varios frentes.

02deMayode2015a las08:54

Sergio Massa aprovechó la pausa, obligada por el Himno Nacional que empezó a bajar de las tribunas, para convertir en secreto la convicción que lo mueve desde hace años, antes incluso de enfrentar al kirchnerismo, en 2013. "Les quiero contar un secreto a las más de 60.000 almas que nos acompañan: voy a ser el presidente de la Nación porque me rebela tanta injusticia, tanta pobreza y porque me da asco la corrupción. Los voy a meter presos, no les tengo miedo."

De ese modo, y aunque prometió que su apuesta será "construir una ancha avenida en medio de la grieta entre el ajuste y la impunidad", como definió a Pro y al kirchnerismo, el líder del Frente Renovador oficializó ayer su candidatura presidencial con un discurso que pareció destinado a acentuar sus distancias con el Gobierno en vez de pararse en medio de la pelea entre el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y el jefe del gobierno porteño, Mauricio Macri.

Desde el estadio de Vélez Sarsfield, donde, según los organizadores, quedaron 20.000 personas sin poder entrar, Massa apuntó contra Scioli. Lo definió como "un servil lorito que repite y repite lo que le dictan desde la Casa Rosada". Y fue más allá con la juventud kirchnerista. "Voy a borrar a los «ñoquis» de La Cámpora que nos quieren dejar de parásitos en el Estado". Además de un punto de largada, el acto de ayer fue concebido para borrar los últimos resultados electorales del Frente Renovador, que si bien fue socio de la victoria radical en Mendoza y le ganó a Pro en la ciudad de Salta, no alcanzó el 1% de los votos en la Capital Federal y quedó muy lejos del macrismo en Santa Fe.

La apuesta también buscó cohesionar a la tropa propia. A los que querían dar una señal de fortaleza para reposicionar a su jefe, y romper la polarización que promueven Scioli y Macri. A los que querían frenar las deserciones de los últimos días (un intendente y cinco legisladores). Y a los que dudaban de las intenciones de Massa y querían confirmar que ya no existen chances de que decida postularse a la gobernación.