El dilema de cosechar con otras reglas

Después de ocho años de políticas de fuerte intervención, el cultivo y toda su cadena de valor ya son un caso de laboratorio. Se está jugando en el límite de su capacidad de resistencia.

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El sistema que sustrajo estos recursos de la producción hasta provocarle el quebranto y la falta de liquidez sigue vigente.

El sistema que sustrajo estos recursos de la producción hasta provocarle el quebranto y la falta de liquidez sigue vigente.

09deMayode2015a las08:39

¿Qué cosecha querés? La pregunta no es de un bodeguero mendocino que ofrece orgulloso una de sus botellas de vino, sino la de un productor triguero del sur bonaerense que mira apesadumbrado los silos bolsas que no pudo vender. La imagen que corrió con humor entre los participantes del último congreso "A Todo Trigo" que se realizó en Mar del Plata sirve para entender la falta de entusiasmo para sembrar el trigo de la nueva campaña.

Después de ocho años de políticas de fuerte intervención, el cultivo y toda su cadena de valor ya son un caso de laboratorio. Como ninguna otra actividad productiva está jugando en el límite de su capacidad de resistencia. Hay muchos indicadores que así lo demuestran. El más conocido es que las retenciones efectivas que sufrió el cultivo rondaron el 50%. Pero para entender cabalmente el nivel de expoliación que sufrió el sector vale el trabajo que realizó Raúl Dente, asesor de la Federación de Acopiadores, que demuestra que el sistema, al que calificó como "perversamente ineficaz e inequitativo", les quitó a los productores en ocho campañas 35,5 millones de toneladas. En igual lapso el consumo total de trigo fue de 37,7 millones de toneladas, es decir, los productores podrían haber regalado todo el trigo a los consumidores.

El sistema que sustrajo estos recursos de la producción hasta provocarle el quebranto y la falta de liquidez sigue vigente. Por lo que no es una sorpresa que la superficie sembrada vaya a caer con respecto a la del año pasado. Por ahora, la baja sería de por lo menos un 10%, según las estimaciones que circulan informalmente. Pero podría ser mayor, superando las 350.000 hectáreas.

A la caída de la superficie se debe sumar lo que se invertirá en el cultivo, que también seguirá cayendo. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires ya lo viene advirtiendo en sus relevamientos entre los productores. Son cada vez menos los que apuestan por el paquete de técnicas de alto nivel (28% de los productores en el último relevamiento) y más los que apuestan por lo más barato y de menor nivel (36% de los productores). Todo indica que esta tendencia se agudizará durante esta campaña.