Novillos y cerdos hacen que el maíz no llegue a puerto

En el norte cordobés, el establecimiento Las Chilcas produce 4.000 toneladas de carne por año con sus propios granos.

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Los hermanos Andrés, Santiago y Mario Aguilar Benítez frente a la granja porcina en el departamento Río Seco, que en tres años albergará a dos mil madres (La Voz).

Los hermanos Andrés, Santiago y Mario Aguilar Benítez frente a la granja porcina en el departamento Río Seco, que en tres años albergará a dos mil madres (La Voz).

20deJuniode2015a las10:50

Desde el pórtico de ingreso, la imagen es la de un campo agrícola, donde el maíz tardío espera para su recolección. La escena, con el mismo actor, se repite en el interior de Las Chilcas, el establecimiento ubicado en el departamento Río Seco, en el extremo norte de la provincia. Sin embargo una recorrida profunda permite avizorar un cambio en el escenario, en el cual la ganadería es también protagonista de una película basada en un modelo de producción integrada, que desde hace 20 años dirige y conduce la familia Aguilar Benítez.

Buena parte de ese maíz, que integra la unidad agrícola del establecimiento en partes iguales con la soja y con la participación también del trigo, garbanzo y sorgo, nunca llegará a puerto. En forma de picado para silo o de grano, el cereal abastece desde 1996 un feedlot con una capacidad instantánea de 14 mil animales, donde se recrían y se engordan actualmente 18 mil cabezas al año; y desde septiembre de 2013 provee de energía a una granja porcina con 500 madres en producción. En definitiva, esa fuente de energía que hoy todavía se ve en los lotes se convierte en más de cuatro millones de kilos de carne al año.

“Hoy estamos con 500 madres que producen individualmente 3.400 kilos de capón por año. En el feedlot producimos 2,5 millones de kilos por año, entre el engorde propio y el servicio de hotelería que prestamos”, aseguró Andrés Aguilar Benítez, coordinador de la empresa familiar que integra junto a sus cuatro hermanos y que preside su padre, Mario.

Autoabastecimiento

Ambas unidades de producción de carne consumen actualmente 50 por ciento de la producción agrícola que genera Las Chilcas; pero el objetivo es que “se coman” dentro de tres años todo los granos obtenidos.

Según Andrés, con la puesta en marcha del proyecto de dos mil madres porcinas –en 2018– y una capacidad instalada en los corrales para 20 mil vacunos, que les va a permitir engordar 30 mil animales al año, se van a consumir buena parte de la soja y toda la producción de maíz. Entre cerdos y novillos, la producción de carne superará en esa etapa las 9.000 mil toneladas anuales.

“La estrategia es aplicar el concepto que heredamos de mi padre, que hace ganadería en este campo desde hace 35 años, y que se respeta a rajatabla: darle valor agregado a todo nuestro maíz. Y en esa dirección vamos”, sostuvo Andrés.