Delta, forestación y después
Docentes y estudiantes de la FAUBA trabajan junto a técnicos del INTA y a productores de las islas para promover el desarrollo de alternativas sustentables.
|A sólo 60 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, el Delta del río Paraná posee una de las regiones forestales más importantes del país. Allí la producción de madera aumentó exponencialmente durante el siglo pasado, alentada por políticas públicas, pero lo hizo en detrimento de la actividad fruti-hortícola, que constituía el sustento económico de muchas familias. Por esa razón hoy buscan recuperar alternativas productivas, con técnicas que promuevan una mayor sustentabilidad y eviten el éxodo de los isleños.
"En 2008, en esta zona se produjo una serie de incendios cuyas cenizas llegaron a la ciudad de Buenos Aires. Fue un hecho que tomó conocimiento público en medio del conflicto que mantuvo ese año el Gobierno nacional con el campo, y alentó la preocupación por saber qué estaba pasando en el Delta", recordó Cynthia Pizarro, docente de la cátedra de Extensión y Sociología Rurales de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), quien trabaja en ese territorio desde 2012 junto a un grupo de estudiantes de esa Facultad y técnicos del INTA, al dialogar con el sitio de divulgación científica Sobre la Tierra.
"La idea de conservar el humedal del Delta como un todo prístino que impida la actividad humana, es muy utópica y no considera que esta zona está dividida en tres regiones que abarcan casi 2 millones de hectáreas, y que en cada una de ellas se realizan distintas actividades productivas. Nosotros trabajamos en las cercanías de Campana y de Zárate, que es un punto intermedio entre ambas situaciones (el avance de la frontera agropecuario y el de los barrios cerrados) y que se dedica a la producción forestal".
"A diferencia de lo que sucede con los emprendimientos inmobiliarios que construyen diques y modifican radicalmente el paisaje en la zona frontal del Delta, en la región de islas de la localidad de Campana y, aunque en menor medida, también en San Fernando, las elevaciones del terreno realizadas por los pobladores protegen a los lugares donde sus familias han vivido y trabajado desde, por lo menos, principios del siglo XX", señaló Patricio Straccia, graduado de la carrera de Ciencias Ambientales y ayudante de la cátedra de Extensión y Sociología Rurales de la FAUBA.