Maíz tardío: un aliado de la fertilización
Ensayos desarrollados por la Universidad Nacional de Río Cuarto y Fertilizar confirman el valor de la fertilización con nitrógeno en maíz tardío.
La siembra tardía pasa el período crítico de la floración de enero a marzo.
La siembra tardía de maíz es una práctica creciente en la agricultura argentina. Según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Córdoba, solo en esa provincia, representa casi el 85% del área maicera. La experiencia de las últimas campañas demuestra que el maíz tardío presenta una excelente estabilidad de rendimiento, aunque se resigna algo de potencial.
“La siembra tardía pasa el período crítico de la floración de enero a marzo, además se siembra en diciembre, normalmente con perfiles llenos de agua y nutrientes”, comenta Jorge Bassi, Presidente de Fertilizar.
Diciembre con más nutrientes
En un mismo suelo hay más nutrientes disponibles en siembras de diciembre que en siembras de septiembre, ya que las temperaturas acumuladas en ese período, mineralizan la materia orgánica, que cede sus nutrientes a la solución del suelo.
“En siembras tardías el análisis de N disponible es indispensable para decidir la dosis, la oferta de N puede ser más del doble al momento de sembrar un maíz tardío, respecto al maíz temprano”, agregó Bassi.
Diversos estudios de CREA y el INTA demuestran que el umbral al cual hay que llevar el contenido de N total del suelo para un determinado rinde, no varía con la fecha de siembra. “El umbral es el mismo, pero la base de N con la que cuenta el suelo es mayor, por lo que la diferencia que debemos aplicar con fertilizantes normalmente disminuye”, señala Bassi.