Operación Rescate del mercado brasileño de trigo

La misión encabezada por el ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquis, que partió la semana pasada a San Pablo, Brasil, fue lo más parecido a una misión espacial.

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La molinería brasileña es el comprador natural de nuestro trigo.

La molinería brasileña es el comprador natural de nuestro trigo.

26deMarzode2016a las09:40

La misión encabezada por el ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquis, que partió la semana pasada a San Pablo, Brasil, fue lo más parecido a una misión espacial. Claro, no salieron a la estratosfera, pero la distancia a recorrer para volver a encontrarse con la molinería brasileña, comprador natural de nuestro trigo, es mayor que a la Luna.

La política triguera K, bajo la gran farsa que terminó siendo la "mesa de los argentinos", logró lo imposible: romper una de las relaciones comerciales más fuertes e históricas que tenía el país. El objetivo de la misión era recrear el vínculo y la confianza después de diez años de maltratos, incumplimientos y cierres parciales o totales de las exportaciones del cereal.

Asociación Brasileña de la Industria del Trigo

Así es que ese jueves a la mañana, a las puertas de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), se presentaron junto al ministro y al subsecretario de Agricultura bonaerense, Miguel Tezanos Pinto, los titulares de la Federación Argentina de la Industria Molinera, Diego Cifarelli, de la Cámara Arbitral de Cereales, Javier Buján, y de ArgenTrigo, David Hughes. Además, como refuerzo de la delegación, se sumaron el cónsul general Marcelo Bertoldi, la cónsul general adjunta, Vanina Rinaudo, y el agregado agrícola, Javier Dufourquet.

Esta formación del equipo argentino, con la provincia que produce el 60% del cereal, aseguraba una muy buena representación de la cadena de trigo y fue una primera señal a los brasileños que la cosa iba en serio. No es para menos, ya que las estimaciones de área sembrada para la próxima cosecha están hablando de un incremento de entre 1,5 y 2 millones de hectáreas sobre las 3 millones quinientas mil hectáreas que se sembraron el año pasado. Esta superficie representó el último escalón de una serie ininterrumpida de caídas de área y un 18% menor a la campaña 2014/2015. Vale recordar que el año pasado el rinde de indiferencia para largarse a alquilar campo y sembrar trigo en el sudoeste bonaerense era de 35 quintales la hectárea. Sembrar era casi lo mismo que saltar al vacío.