Suplementar con maíz caro
La calidad de los suelos, la base forrajera y la disponibilidad de granos y silaje definen la posibilidad de transformar un campo criador en recriador y aún engordador.
El nutricionista Juan Elizalde explica cómo potenciar la ganadería pastoril en los tiempos que corren.
“El maíz caro es una buena noticia para la ganadería. Llevará a un aumento progresivo del peso de faena ya que para diluir el costo del grano hay que agregar más kilos durante la recría o incluso en la terminación. Lo interesante es que la intensificación sigue siendo negocio”, planteó el Ing. Agr. Juan Elizalde en la jornada realizada por el IPCVA en General Conesa, plena Cuenca del Salado. Y detalló que los primeros cambios ya se empiezan a notar: “este verano, las vacas comieron bien y, obviamente, se destetaron terneros veinte kilos más pesados. Además, en Liniers, se ve mayor proporción de animales más pesados más allá del efecto estacional, que de por sí marca una tendencia a que ello ocurra”.
Para el especialista, en el nuevo escenario, es indispensable maximizar la eficiencia de prácticas difundidas desde hace años como la suplementación, en función de la disponibilidad de recursos forrajeros y de los objetivos empresariales.
“En primavera e invierno, lo mejor es que el animal se alimente a voluntad con pastoreos inteligentes ya que cuanto más come más gana. Ahí, no caben dudas de la conveniencia de potenciar la oferta forrajera con variedades mejoradas y fertilización, entre otros. La respuesta en ganancia de peso es lineal”, indicó. Pero en otoño y verano, por más que se ofrezca mucho pasto, las ganancias de peso son bajas. “Entonces, hay que suplementar con grano o silaje, siempre que el campo lo pueda producir”, recomendó.
El recurso local más importante es la promoción de raigrás. “Que un establecimiento cuente con esto en forma natural, es decir que nazca solo, es una bendición”, dijo, refiriéndose a la zona de Buenos Aires que va entre el mar y la ruta provincial 51, a la que calificó como “una de las más aptas de la Argentina para recriar en otoño-invierno y primavera”.