Resultados a seis años de la creación de la categoría Macho Entero Joven

A seis años de la creación de la categoría macho entero joven, un asesor de campo, un investigador y un industrial comentan sus experiencias y los resultados obtenidos.

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El desafío cultural y comercial para su expansión en momentos en que producir más carne por animal en menos tiempo es clave.

El desafío cultural y comercial para su expansión en momentos en que producir más carne por animal en menos tiempo es clave.

30deNoviembrede2016a las12:41

En 2010, el entonces Ministerio de Agricultura creó la categoría del Macho Entero Joven (MEJ) en base a la solicitud del frigorífico Quickfood-Marfrig y a las evaluaciones presentadas que indicaban que estos animales, gracias al pleno funcionamiento de su sistema hormonal, llegan al momento de la faena a una edad muy temprana, obteniéndose carnes de calidad semejante a la de los novillos. Hoy en día, a pesar de la necesidad de aumentar rápidamente la oferta de animales pesados, siguen existiendo retos culturales para la adopción de esta tecnología además de enfrentarse a un mercado con escaso desarrollo.

A campo

Cristian Bianchi es un veterinario con casi 50 años de ejercicio profesional como técnico de campo, docente y miembro de jurados de block test. Hoy, trabaja como asesor de empresas del NEA que hacen el ciclo completo y tienen entre 300 y 10 mil cabezas de bovinos, totalizando unas 50 mil.

“En la tarea con mis clientes siempre apunté a la eficiencia, buscando que obtengan animales de calidad en poco tiempo. La idea es que brinden medias reses de 130 kg para arriba, de manera que la industria pueda integrar el consumo y la exportación. Hace cuatro años incorporé el MEJ, que me permitió achicar aún más el ciclo, a 18 meses”, contó.

La experiencia comenzó en uno de los establecimientos que asesora  que, además de la producción de carne, tiene una cabaña comercial Braford. “Ahí, corroboramos lo que se sabía desde el conocimiento teórico. El entero se terminó tres meses antes que el castrado, y rindió uno o dos puntos más al gancho”, afirmó. Otro dato objetivo es que, al momento de la tipificación, “el 38% de los MEJ salieron como JJ o J, la mejor calificación, mientras que esto sólo se logró en el 10% de los novillos. Además, en el otro extremo, apenas hubo un 2% de U2”, aseguró Bianchi.

Para el técnico, el punto clave del proceso productivo del entero es la recría, ya que es imprescindible llegar a la faena con un animal dientes de leche o dos dientes. En ese sentido, gracias a su mayor ritmo de crecimiento, esta etapa se puede hacer en 6/7 meses, mucho menos que con el animal castrado.

“Por ejemplo, en 17 ha de media loma, manejamos una tropa de 160 animales sobre praderas base alfalfa y festuca, mediante pastoreo por horas y suplementación de silo de planta entera de maíz, con alto grano, entre el 1º septiembre y el 28 de febrero. Así, obtuvimos ganancias diarias de 790 gramos promedio en suelos clase IV, con problemas de salinidad”, explicó.

La moderna extensión

Con su vocación docente, el veterinario empezó a hacer demostraciones a campo con animales enteros y castrados para que sus clientes pudieran cotejar resultados y adoptaran la nueva tecnología. “La idea era ayudarlos a superar la inquietud más importante que es el temperamento animal. Capacitamos al personal y, hoy, el manejo es una rutina. Se minimizaron las montas”, señaló.

Otra herramienta que contribuyó a la difusión de la categoría es la informatización de la nutrición. “Desde hace años tomo cursos en MBG Ganadería que me brindó un software específico para el MEJ. Con esta herramienta formulo las dietas teniendo en cuenta sus mayores requerimientos de proteínas y calculo sus costos. Así, los empresarios pueden saber de entrada cuánto les cuesta hacer un kilo de MEJ y compararlo con el novillo. Se dan cuenta de la ventaja”, indicó.