Farmers temen la próxima gran crisis del sector
Un declive de varios años en los precios del maíz, el trigo y otras materias primas agrícolas como consecuencia de un exceso mundial de granos ha obligado a muchos agricultores a endeudarse.
Los agricultores Spencer y Mason Stout, de Kansas, tuvieron que encontrar segundos empleos. PHOTO: JESSE NEWMAN.
El cinturón agrícola de Estados Unidos se encamina a marcar un nuevo hito: pronto habrá menos de dos millones de granjas en el país por primera vez desde que los pioneros colonizaron el oeste tras la compra de Luisiana.
Un declive de varios años en los precios del maíz, el trigo y otras materias primas agrícolas como consecuencia de un exceso mundial de granos ha obligado a muchos agricultores a endeudarse. Algunos están abandonando la actividad, generando temores de que se produzca la mayor ola de cierres de granjas desde los años 80.
La participación de los agricultores estadounidenses en el comercio mundial de granos ha caído de 65% a mediados de los años 70 a 30% en la actualidad, disminuyendo su influencia sobre los precios. La presencia de más productores y compradores en todo el mundo también significa que el mercado es más susceptible a interrupciones como el clima, la hambruna o una crisis política.
Hace algunos años, la variación de los precios del maíz entre un año y otro no superaba US$1 por bushel. Desde 2006 en adelante, sin embargo, han subido y bajado más de US$4 por bushel.
Hace una década, el auge del biocombustible en EE.UU. y de la clase media de China elevó los precios de cultivos como el maíz y la soya. Muchos agricultores de EE.UU. gastaron las ganancias de la época de vacas gordas comprando tierras y maquinaria de medio millón de dólares.
El auge también incentivó un alza de la producción en otros países. Los agricultores de todo el mundo cultivaron unas 73 millones de nuevas hectáreas en los últimos 10 años. Los menores costos de producción, la cercanía a los mercados de crecimiento más acelerado y una mejora de la infraestructura les otorgó una ventaja a los agricultores de otros países.
La producción de maíz y trigo nunca ha sido mayor, pero jamás se había almacenado tanto grano.
Desde inicios del siglo XIX hasta la Gran Depresión de los años 30, la cantidad de granjas en EE.UU. creció de manera constante conforme los pioneros se expandían hacia el oeste del río Mississippi. Las familias habitualmente tenían una combinación de cultivos y ganado en una extensión que no superaba los cientos de hectáreas. Después de la Segunda Guerra Mundial, las cosechadoras y otras tecnologías permitieron a los agricultores cubrir más terreno. Hace dos décadas, la llegada de las semillas transgénicas los ayudaron a aumentar sus rendimientos.
Las granjas se volvieron más grandes y especializadas. Las operaciones a gran escala ahora representan cerca de la mitad de la producción agrícola estadounidense. La mayoría, incluso algunas de las mayores, sigue estando en manos de familias.
A medida que aumentaba el tamaño de las granjas, su número disminuía, pasando de seis millones en 1945 a poco más de dos millones en 2015, acercándose a un umbral que no se había visto desde mediados del siglo XIX. El total de hectáreas cultivadas en EE.UU. descendió 24%, a 369 millones.