Invasión de camalotes en la costanera porteña

Esta vegetación trajo numerosas consecuencias a nivel local. Se obstruyó la toma de agua de una de las principales plantas potabilizadoras de la Ciudad de Buenos Aires lo que puso en peligro el suministro.

Una investigadora del CONICET estudió, a través de imágenes satelitales, la proliferación de camalotes que ocurrió en 2016 en la costanera porteña.

Una investigadora del CONICET estudió, a través de imágenes satelitales, la proliferación de camalotes que ocurrió en 2016 en la costanera porteña.

07deAbrilde2017a las09:38

En enero de 2016 las aguas del Río de la Plata de tiñeron de verde. Una invasión de camalotes que llegó desde los ríos Paraná y Uruguay puso en alerta a vecinos y autoridades sanitarias cuando, en tan solo unos pocos días, esta vegetación llegó a la costanera porteña y trajo numerosas consecuencias a nivel local. Se obstruyó la toma de agua de una de las principales plantas potabilizadoras de la Ciudad de Buenos Aires lo que puso en peligro el suministro, se complicó la navegación por el Río y se introdujo fauna del Litoral en la Ciudad como insectos, roedores, nutrias y reptiles y algunos más peligrosos como arañas o víboras que quedaron atrapados en el camalotal.

Este fenómeno llamó la atención de Ana Inés Dogliotti, investigadora adjunta del CONICET en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE, CONICET-UBA), que en ese momento empezó a estudiar esta proliferación de plantas flotantes en la Cuenca del Plata.

“Uno está acostumbrado al Río de la Plata, lo tiene al lado y solemos darle la espalda pero es muy interesante a nivel biológico y estamos muy relacionados a él: tomamos agua de ahí, navegamos, hay actividades turísticas, etc. Trabajo en el Río de la Plata desde 2010 en teledetección, es decir, obtengo información cuantitativa de imágines satelitales y no deja de sorprenderme lo que pasa allí. Cuando vi el tema de los camalotes en los medios pensé que se debía ver con este tipo de imágenes”, aclara Dogliotti.

Lo primero que hizo junto a su equipo de trabajo fue ir a la zona del Delta del Tigre a hacer mediciones radiométricas, que toma los mismos datos que las que toma un satélite, para conocer la respuesta espectral de los componentes del agua y luego generar los algoritmos que permitan detectarlos a partir de las imágenes satelitales.