La ganadería debe decidir: ¿Consumo y/o Exportación?

La cadena de ganados y carnes debe observarse como un todo donde cada eslabón debe estar bien, más allá de los desajustes cíclicos.

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¿Qué hacer con la cadena?

¿Qué hacer con la cadena?

05deJuliode2017a las11:20

La cadena de ganados y carnes está en la puerta de unos de los mejores momentos de su historia. Estamos en un punto de inflexión donde se deben definir visiones estratégicas, si bien pensar en antagonismos causó grandes daños al país desde sus inicios: unitarios contra federales, campo contra industria, hoy en nuestro sector y, salvando las diferencias, corresponde saldar este antagonismo: carne al consumo o a la exportación. Justamente en este artículo lo que propongo explicar es que no es consumo o exportación sino consumo más exportación, que ambas se necesitan y son la única garantía de crecimiento sostenido en el tiempo. ¿Por qué?

Para dar una respuesta, lo primero será poner en contexto este sector. Cuando uno analiza los modelos económicos nunca hay que enamorarse de la coyuntura porque la pregunta central es si es sostenible en el tiempo. Argentina no puede vivir en forma sostenida con endeudamiento ni tampoco con emisión descontrolada, las dos formas son analgésicos que no curan la enfermedad sólo permiten tener momentos de placer pero esconde en el fondo una crisis futura.

La cadena de ganados y carnes debe observarse como un todo donde cada eslabón debe estar bien, más allá de los desajustes cíclicos, nunca debemos creer que a un sector le va bien si es a costa del deterioro del otro. Una visión sistémica nos obliga a pensar en el conjunto, sumando todas las fuerzas detrás de un objetivo de interés general. Esta cadena es mano de obra intensiva lo cual es una buena noticia para el país y una fortaleza del sector: desde el campo donde siempre hay una persona radicada en origen dando sustentabilidad territorial, a todos los sectores de servicios públicos y privados que aportan trabajadores a la tarea, veterinarios, camioneros, etc.; a los intermediarios constituidos desde hace siglos, como las Casas Consignatarias, al sistema de confinamiento que para lograr el engorde utiliza mano de obra especializada, hasta los frigoríficos consumeros o exportadores que poseen planteles de centenares de trabajadores los cuales no los puede reemplazar ningún avance tecnológico. Toda esta gente incluye nuestro sector.

La materia prima es auténticamente nacional casi sin componentes importados, desde las pasturas, los molinos, las aguadas, los alambres, las mangas y tranqueras, los productos sanitarios y el ganado, principal capital de una explotación con una genética construida durante décadas de trabajo responsable.

Detallo todo esto ya que nos hace entender que no estamos hablando de cualquier sector, sin menospreciar a ninguno, pero resaltando sus fortalezas mostramos su alto valor estratégico.