La inteligencia artificial llega al manejo ganadero

Propuestas de jóvenes emprendedores para hacer de la producción de carne una actividad intensiva en datos.

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Farmin, empresa incubada por el departamento de Investigación y Desarrollo de CREA, cesarrolla redes inteligentes de sensores para el campo.

Farmin, empresa incubada por el departamento de Investigación y Desarrollo de CREA, cesarrolla redes inteligentes de sensores para el campo.

21deNoviembrede2017a las09:24

Inteligencia artificial, internet de las cosas, big data; términos hasta hace poco reservados para la informática o la electrónica, hoy comienzan a aportar modernas soluciones a la ganadería.

“Estas tecnologías vienen a solucionar el atraso relativo que tiene el manejo, en relación a otros pilares de la producción como la nutrición o la genética”, dijo a Valor Carne, Cristian Feldkamp, Director Ejecutivo de CREA. Y agregó que “se está empezando a generar un sector intensivo en datos, gracias a que el avance tecnológico puso a disposición una gran cantidad de sensores a muy bajo costo, que permiten crear herramientas hasta hace poco impensadas para la ganadería”.

En esa línea trabaja Farmin, empresa incubada por el departamento de Investigación y Desarrollo de CREA, que desarrolla redes inteligentes de sensores para el campo. La afirma, acaba de lanzar al mercado un sistema automático de pesaje de animales que brinda información diaria sobre la hacienda.

“Elegimos la ganadería porque es un sector con mucho potencial y menor adopción de tecnología. Decidimos empezar resolviendo este tema clave, ya que hoy se pesa de una manera ineficiente, con poca frecuencia, y el propio procedimiento genera un impacto negativo en el engorde de los animales”, sostuvo Ignacio Albornoz, CEO de la compañía creada a mediados de 2016 como una startup tecnológica, y que hoy cuenta con ocho socios provenientes de diferentes disciplinas, incluyendo un agrónomo, un físico y un desarrollador de software.

Con el sistema de Farmin, la hacienda se pesa sola cuando va a tomar agua, y la información se transmite a una base de datos que le permite al ganadero medir la evolución individual de cada cabeza, sin modificar las pautas de manejo, ni tener que llevarlas a la balanza.

La instalación es sencilla: se colocan caravanas electrónicas a los animales, balanzas en el lugar donde van a beber agua y antenas para captar y transmitir los datos del peso y de la hacienda. A distancia, una computadora recibe, procesa y retransmite la información al celular del usuario.

“Cuando el animal tiene las cuatro patas sobre la plataforma, las antenas leen la caravana y recopilan los datos. El problema a resolver fue cómo diferenciar el peso de cada animal ya que, generalmente, hay varios individuos subidos al mismo tiempo”, contó Albornoz.