Para tener una buena pastura hace falta una buena semilla

Una de las estaciones del Congreso Internacional de Semillas Forrajes se dictó en el Seedcare Institute de Syngenta.

Se presentó Plenus forrajes, un protocolo de elaboración de recetas agronómicos que aporta tecnología y seguridad a la producción.

Se presentó Plenus forrajes, un protocolo de elaboración de recetas agronómicos que aporta tecnología y seguridad a la producción.

05deDiciembrede2017a las08:00

Por primera vez se realizó en Argentina el Congreso Internacional de semillas forrajeras y céspedes, que cada dos años organiza el Grupo internacional de semillas de forraje IHSG (sus siglas en inglés).

Esta novena edición contó con el apoyo del INTA, la Cámara de Semilleros de la Bolsa de Cereales (CSBC), la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (Unnoba), el INASE, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y sumó el auspicio de Syngenta entre otras empresas y organizaciones.

Participaron más de 140 especialistas provenientes de 20 países, quienes visitaron el Seedcare Institute de Syngenta durante la última jornada del evento, y donde se pudo apreciar el nivel de investigación aplicada a la semilla forrajera.

Durante la recorrida por el Seedcare Institute, Rene Gislum Profesor de la Universidad de Dinamarca y vicepresidente de IHSG, expresó: “Es sorprendente el trabajo de investigación de base que se está realizando en la Argentina con las semillas forrajeras, son estudios muy importantes que llevan a soluciones a largo plazo y el nivel de las investigaciones en el país es realmente alto. Si queremos tener una buena pastura hace falta una buena semilla, la población crece y con ella también crece la demanda de proteína animal. Si queremos comer carne necesitamos vacas, que a su vez necesitan comer una buena pastura  y todo comienza con la semilla”.

Algo similar planteó  el productor y asesor Phil Rolstom procedente de Nueva Zelanda: “estamos muy contentos de poder ver del trabajo que se hace en este instituto en la Argentina con el desarrollo de pasturas, y aunque en Nueva Zelanda tengamos una gran similitud en tipo de suelos, problemas agronómicos y condición climática, la forma en la que se investiga en este país es lo que marca la diferencia ya que eso se manifiesta luego en la elaboración de nuevos protocolos sobre el manejo de las pasturas”.