Producir en campo arrendado, muy ajustado o a quebranto
La suba de los costos (fertilizantes, labores y transporte) complica aún más el panorama para los agricultores locales que producen en campo de tercero. Momento de afinar los lápices.
Rindes en provincia de Buenos Aires, para la soja de primera es de 31 quintales por hectárea y para la segunda 21 quintales.
La baja de los precios internacionales de los commodities, junto al fuerte incremento de los costos forzaron a los agricultores locales a cambiar sus esquemas productivos y, por sobre todas las cosas, afinar los lápices para no salir perdiendo.
La tarea no es para nada sencilla porque producir en campo arrendado es cada vez más complicado porque básicamente no dan los rindes de indiferencias en muchas de las principales zonas agrícolas de la Argentina.
Vamos a los números, en la evaluación para un campo ubicado en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, en caso de que sea propio los rindes de indiferencia son del orden de 37 quintales por hectárea (qq/ha) en trigo, 16 qq/ha en soja de 2ª, 63 qq/ha en maíz, 15 qq/ha en girasol y 22 qq/ha en soja de 1ª.
Ahora, en caso de que sea un establecimiento arrendado la situación cambia rotundamente, porque según explican desde Márgenes Agropecuarios, la foto muestra quebrantos generalizados en el rango bajo de rindes. En el rango alto de rindes la soja muestra el resultado más alto, seguida por el girasol y luego el maíz. Los rindes de indiferencia son del orden de 47 qq/ha en trigo, 21 qq/ha en soja de 2ª, 84 qq/ha en maíz, 21 qq/ha en girasol y 31 qq/ha en soja de 1ª.